“Todas las buenas maneras tienen que principiar compartiendo alguna cosa con sencillez”
Gilbert Keith Chesterton
Desde niño me enseñaron que debía compartir con los demás aquello que tuviese, sobre todo cuando había en abundancia, así que hoy me voy a mochar con el alcalde de San Nicolás Víctor Fuentes y ya encarrerado con el resto de los munícipes metropolitanos que aprobaron el reglamento homologado para obsequiarles 413 mentadas de madre de las 826 que recibí este viernes por su culpa.
En una urbe colapsada por su falta de vialidades adecuadas, sólo a ellos se les ocurre detener aún más el tráfico con la determinación de cancelar las vueltas a la derecha con precaución en luz roja. ¿Es que no tienen conciencia de dónde viven o de plano es un ardid para “la pizcacha”?
El viernes circulaba por Ricardo Covarrubias y al llegar a Junco de la Vega el semáforo estaba en rojo, así que consciente de la restricción me detuve y pude ver que a la vuelta estaba con sus afilados dientes un motociclista de tránsito a la caza de incautos; es cierto que hay momentos en el cruce en que ningún daño haría el dar la vuelta en luz roja, pero preferí no jugármela, por lo que 826 veces tuve que aguantarme las mentadas de madre de quienes estaban detrás de mi y no fue hasta que la luz cambió a verde que me moví… el agente sólo me sonrió.
Por ello es que compartido les obsequio la mitad de los recordatorios maternales.
Con los baches, las pavimentaciones, la falta de espacio, las unidades del transporte urbano que se detienen en donde se les pega la gana, los pares viales que son excelentes estacionamientos, tenemos una ciudad en la que se circula no sólo a vuelta de rueda, sino que además hay necesidad de frenar y arrancar a cada paso, lo que incrementa el nivel de contaminantes en el ambiente, el desgaste de los vehículos y las horas-hombre desperdiciadas.
Que no me vengan con el cuento de que la disposición fue a solicitud de “sepa madres” quién, porque no han mostrado una sola estadística, no han podido comprobar su teoría de que se busca proteger a los peatones. La medida es recaudatoria y no persigue otro fin.
Ojalá y todo siempre quede en puras mentadas (sirve que me recuerdan a mi santa madre), porque si un día un loquito trastornado de los que abundan me baja del auto a madrazos, juro que los iré a buscar para compartirles lo que les corresponda.