“El mal existe, pero no sin el bien, como la sombra existe, pero no sin la luz”
Alfred de Musset
Está tan bonita que se la compro. El diputado Marco González, líder de la fracción del PRI en el Congreso local, acudió ayer a la Oficialía de Partes a proponer reformas constitucionales para eliminar la facultad de dictaminar cuentas públicas por parte del propio Congreso.
Dijo que con las modificaciones planteadas se busca que la Auditoría Superior del Estado (ASENL) tenga autonomía de dictaminar cuentas públicas en rechazo o aprobación, sin la necesidad de “politizarlas” en el Poder Legislativo.
La verdad que todo eso suena muy bonito, pero me da la impresión de que el diputado González omite un pequeño detalle: ¿cómo hará para “despolitizar” la Auditoría Superior del Estado?
Aquí tiene que haber truco, tanta belleza no puede ser cierta, ¿en serio Marco González tiene la intención de restarle poder al Legislativo? Yo sé que en cuestión de resultados no hacen mucho, pero al paso que van terminaremos con un Congreso que servirá para maldita la cosa, porque entre la moda de la “ciudadanización” y el “empoderamiento”, se les está olvidando un pequeñísimo detalle: los diputados son representantes populares electos mediante el voto y ahora resulta que por decreto quieren quitarse sus responsabilidades.
¿Qué mosca le picó a Marco? ¿Por qué o más bien por quién está haciendo esto?
Este no la brinca sin huarache y si uno de los pocos rincones que le quedan al PRI para hacerse notar es el Congreso, ¿cómo es que su líder “renuncia” a la política real y avienta la pelota a la Auditoría?
Una de dos: o tiene muy amarrado al Auditor o se está pasando de ingenuo.
Yo todavía no atino en responder.
