“Es más fácil hacer leyes que gobernar”
Leon Tolstoi
La palabra “easy” en inglés se traduce en español como “fácil”, como debería ser el trabajo y las tareas de nuestros servidores públicos si se ciñeran a sus responsabilidades y priorizaran sus tareas.
Por eso hoy no hablaremos de “easy”, sino de “Y si…”, que suena igual, pero no es lo mismo.
¿“Y si…” pudiésemos tener un mecanismo que obligase a nuestros diputados a centrarse en lo realmente importante, obligándoles con mecanismos a regirse a una administración por objetivos sin permitirles modificar su agenda a su arbitrio o el de los partidos?, ¿qué sucedería?
¿“Y si…” les impidiésemos presentar absurdas propuestas como la de ayer del diputado Eugenio Montiel que presentó un punto de acuerdo para que el Congreso del Estado presente un exhorto a la Comisión Reguladora de Energía a fin de que se revise el precio que Gas Natural cobra por la distribución del servicio?
Que no la chifle el diputado, que es cantada. Eso que hizo es como escribirle una carta a Santa Claus.
¿”Y si… en lugar de ser sede del Foro Regional de Discusión y Elaboración de la Ley General de Cultura, como lo dio a conocer el diputado Ángel Barroso, les pudiésemos ordenar que saquen adelante la tarea, la reestructuración de la deuda y las cuentas públicas?
¿”Y si… en lugar de permitirles quitarse chamba, como propuso el líder del PRI, Marco González, trasladando la revisión de las cuentas públicas a la Auditoría Superior del Estado, les obligásemos a sacar completo el rezago y cumplir con su obligación?
¿”Y si… pudiésemos ordenarles que en vista de la falta de resultados se les acabara el turnito ese que se cargan de tres días de sesiones en los periodos ordinarios y les dijésemos que tendrán que estar metidos de verdad en el pleno cuatro horas y otras cuatro las dedicarán a laborar en comisiones?
Ahora sí, “easy”, sería fácil y sencillo, darían resultados, se acabarían los problemas y de paso les obligaríamos también a no salir del salón de sesiones hasta encontrar una solución.
Viéndolo bien es fácil, pero el paso tenemos que darlo nosotros, porque ellos jamás lo darán.