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18/10/2016

Sillas

“La verdad triunfa por sí misma, la mentira necesita siempre complicidad”
Epicteto de Frigia

Estoy convencido de que el principal problema de este país estriba en las sillas, esas en las que se sientan los funcionarios públicos, que algún raro poder tienen que los transforman y los trastornan, al grado de creer que nos hacen tarugos con una simple hablada.

¿Cómo entender la increíble mentira de Arturo Sánchez Gutiérrez, integrante del Instituto Nacional de Elecciones (INE), quien ante las quejas por el reparto de “apoyos” en época preelectoral en el Estado de México, indicó que “la repartición de apoyos no constituye delito alguno, siempre y cuando forme parte de los programas sociales de los gobiernos”.

No tengo duda, la silla hace cambiar la visión y perspectiva de las cosas, aunque en algo habrán de colaborar también el jugoso salario y prestaciones que recibe para intentar vernos la cara de imbéciles a los mexicanos.

No podemos culpar a Sánchez Gutiérrez de mentir, porque técnicamente está en lo correcto, pero si los partidos y candidatos se quejan es porque el reparto de esos “apoyos” no se apega a la norma y criterio del beneficio social de un gobierno, sino que están diseñados para la búsqueda y compra de votos en las próximas elecciones.

¿Hasta cuándo entenderán que no se gobierna y no se cambia la realidad por decreto o con una simple declaración en los medios?

Antes de ver muchas cosas y de seguir en la permanente queja, deberíamos revisar a fondo el funcionamiento de muchas instituciones que a lo largo de la historia se han convertido en una carga, en un lastre inútil, en una vergüenza para los mexicanos, aunque en el fondo no fallan las instituciones sino los hombres y principalmente las sillas, que los hacen cambiar por completo y perder de manera absoluta el sentido de la dignidad y la vergüenza.

ftijerin@rtvnews.com