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22/11/2016

Integral

“El político debe ser capaz de predecir lo que va a pasar mañana,
el mes próximo y el año que viene; y de explicar después
por qué fue que no ocurrió lo que el predijo”
Winston Churchill

Si la llave al poder del candidato Jaime Rodríguez Calderón fue su comunicación, como gobernador se ha convertido en una de sus peores debilidades, pero no la única, ni como quieren hacerlo ver algunos, la causa de todos sus males.

La crisis mediática que hoy atraviesa por el presupuesto del 2017 no es un problema sólo de comunicación, sino derivado de un esquema multifactorial que tiene su punto de convergencia en algo inherente al buen gobierno: oficio, tablas, madera, mengambrea, talacha.

Los problemas financieros del Gobierno de Nuevo León no son, ni por asomo, obra de la casualidad o un elemento sorpresa. Fueron absolutamente previsibles y para los cuales deberían haberse proyectado escenarios a fin de, con margen de maniobra, operar política, pero sobre todo social y mediáticamente, con antelación.

La resultante de “patear el bote” con la reducción de la tenencia debería ser, a los ojos de los ciudadanos, una solución, la válvula de escape, la única salida posible, pero nunca un problema.

Y es que hizo falta socializar, cabildear, consensuar, acordar, pactar, convencer, pero antes, no después. Venir a dar explicaciones luego de “muerto el niño” no sirve de nada; la chamba tuvo que haberse hecho antes, mucho antes, con los diputados, pero sobre todo con los medios, con las ONG’s, con las cámaras, con la sociedad en su conjunto.

Explicar la realidad, mostrar la verdad, decir los números y los escenarios, era una tarea de primaria que no hicieron y que ahora quieren resolver con la presión social encima.

¿Jugada maestra que pone el balón en la cancha de los diputados para que si le dicen que no tirarse al piso y llorar que no le dan espacio para gobernar? Eso, perdón, a los ciudadanos les tiene sin cuidado, porque le recordarán una y otra vez su promesa de campaña.

Ver el gobierno desde una perspectiva integral, no sólo atendiendo el árbol que se cae a pedazos, sino el bosque entero para poder salvarlo, es una tarea fundamental que, lamentablemente, “El Bronco” no está realizando.

La estrategia política no está en los likes y las encuestas, sino en la realidad cotidiana, en el día a día, en los resultados por encima de todo y en el apoyo verdadero de una sociedad convencida de meter el hombro y realizar un esfuerzo para impulsar a su gobierno.

Mientras no lo vean así, están destinados al fracaso.

ftijerin@rtvnews.com