“Más solo que la ficha que nada olvidada
en el fondo del agua de una hielera vacía…”
Yomero
Creo sinceramente que antes de seguir posponiendo la conclusión de la Línea 3 del Metro el Gobierno de Nuevo León debería explorar otras opciones para compensar la caída en los ingresos por la decisión de mantener la reducción de la tenencia.
A eso pretendía dedicar el presente artículo, sin embargo el diputado Eugenio Montiel ayer envió un comunicado sobre el tema (gracias por no mandármelo, la verdad me evita muchos corajes por su pésima redacción), aunque de cualquier manera tuve acceso a él por los medios.
Al margen de que el legislador confunde la utilización de errar con errático, que son parecidos más no son sinónimos, me llama la atención el hecho de que Montiel actúe por la libre, enviando boletines y pronunciamientos sin el aval del PRI. ¿Será que ya se dio cuenta de su condición de “apestado” en el tricolor?
Eugenio juega a la amenaza, al amague, a hacerle saber a la dirigencia del PRI que está dispuesto a irse si no lo retienen ofreciéndole reelegirse u otra candidatura, pero en el partidazo no lo ven ni lo escuchan, lo pelan.
Montiel juega en todas las canchas, por eso su intento de “apoyar” a la Comisión Estatal Electoral para que le den más recursos, sabiendo que tal vez deba pasar esa aduana si se convierte en independiente y para ello busca congraciarse con las autoridades electorales.
El diputado se niega a aceptar que solo no es nadie, que requiere de la otra parte del binomio que lo hizo exitoso y esa no es otra que Margarita Arellanes, el objeto de su obsesión y sus críticas, pero sin Margarita Montiel está más solo que la ficha que nada olvidada en el fondo del agua de una hielera vacía.
Eugenio pretende ponerse serio y hacer pronunciamientos interesantes, pero no le salen, porque lo suyo es golpear, denunciar, criticar, hacer escándalo, por lo que nadie lo toma en serio y por ello se ve obligado a enviar comunicados a las redacciones, porque ha dejado de ser noticia, porque puede que le publiquen, pero sus notas son de relleno, para cubrir la cuota y nada más.
Bien dicen que lo que viene fácil, de igual manera se va. Montiel se sentía exitoso por sus logros en el Cabildo de Monterrey, pero ahí era como el tuerto en tierra de ciegos; al subir el nivel ha quedado demostrada su verdadera capacidad y en apenas un año ha dilapidado lo que pudo reunir con su pirotecnia como regidor.
Sin fondo ni estrategia, el futuro pinta (aquí sí) errático para el diputado, que bien puedo haber sido un excelente activo, pero se quedó en una simple promesa.
Solo, muy solo.