“Cada quien sabe lo que trae en su morral”
Yomero
Entre más la pienso e intento digerirla, creo que la propuesta de las mochilas de hule transparentes es una salida fácil, sosa, boba, poco creativa e inteligente, tomando en consideración la dimensión de los hechos que le anteceden.
La pistola, el cuchillo, las tijeras, el exacto, no tienen necesariamente que venir en la mochila, se pueden esconder en muchos sitios, ¿por qué creemos que con una propuesta más infantil que nuestros propios educandos podemos quitarnos de encima la responsabilidad?
Me niego a creerlo, pero tengo que pensar ¿quién está poniendo un negocio de mochilas de hule para aprovechar la coyuntura? ¿Por qué la aceptación tan rápida de las señoras que manejan las asociaciones de padres de familia? ¿Es que acaso consultaron a sus representados o están expresando su opinión personal?
No se trata de, como erróneamente se intentó en un inicio, culpar a los padres de familia, pero la estrategia debería centrarse en compartir con ellos la responsabilidad, porque a fin de cuentas se trata de sus hijos.
¿No sería mejor, más barato, pero sobre todo más eficiente, el impulsar la difusión de valores, de campañas preventivas, de denuncia, de capacitación magisterial ante actitudes y hechos que puedan ser “alertas”?
¿No sería más sencillo tratar de hacer conciencia?
No es el morral ni sus materiales, es lo que cargamos en la cabeza y la conciencia.