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13/02/2017

Encuerados

 

“Una mentira no tendría sentido
si la verdad no fuera percibida como peligrosa”
Alfred Adler

Vaya clase de exhibida les pegó Eugenio Montiel al dirigente estatal de su partido, César Cavazos, y al líder de la bancada en el Congreso Marco González, al negar que le hayan buscado y charlado con él como aseguraron en días pasados.

Hay que ser muy “ingenuo” (por llamarlo de algún modo) para viendo a Montiel con pintura de guerra en la cara y con las armas en las manos, atreverse a mentir y creer que permanecerá callado, guardando la “disciplina partidista” ante la mentirotototota de Cavazos; habría que ser más “ingenuo” aún para imaginar que los reporteros no le buscarían para conocer su reacción y bastante peor de “ingenuo” para no anticiparse a la respuesta del rebelde.

Pero si Cavazos es “ingenuo”, Marco González peca de soberbio y arrogante, al declarar que Montiel seguirá siendo priista y eso es lo verdaderamente importante, ¿de qué le sirve un priista que le repudia y que negociará de manera individual cada voto o posición? ¿de qué le sirve un diputado que más temprano que tarde dejará su partido?

Lo que Montiel logró sin querer (porque si uno es ingenuo y otro soberbio, Montiel cree que el partido aún tiene obligaciones para con él), fue desnudar el verdadero nivel de quienes conducen los destinos de los priistas de Nuevo León, el cual es bajísimo.

Montiel ya se fue y no cambiará su posición por más melcocha y adjetivos que le ponga César Cavazos o las infantiles declaraciones de Marco. Si verdaderamente tuvieran tamaños y arrestos, ellos y el resto de la bancada, así como los prominentes tricolores en la entidad, ya deberían estar exigiendo la expulsión inmediata e irrevocable de Montiel, porque lo suyo no es una divergencia de opiniones, sino un reto abierto, una pataleta de niño chiquito porque no le cumplen sus caprichos, un chantaje vil y descarado al que TODOS los priistas de Nuevo León están cediendo. ¿Qué no le gusta el tono del rojo? Pues que se vaya a buscarlo a otro lado y tan sencillo.

Al final los tres, Montiel, Cavazos y González, se terminan equivocando, pero nos dejan ver, reitero, el nivel de un alicaído PRI que mereciera mejores destinos.

ftijerin@rtvnews.com