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28/03/2017

Prueba

“La ausencia de prueba no es prueba de ausencia”
Carl Sagan

De todas las multas y homologaciones del nuevo reglamento de tránsito metropolitano, me llama muchísimo la atención la relativa a “insultar a un oficial”, tasada en nada más y nada menos que 7 mil 549 pesos.

La parte en donde no cuadra el asunto es que los ciudadanos en la mayoría de los casos estamos en indefensión ante los agentes viales, porque su palabra tiene mayor peso y valor que la nuestra, de manera que si te detienen por cualquier cosa (así sean las simples ganas de joder), bastará con que el oficial consigne que fue insultado para hacerte merecedor a la sanción, si es que antes no te convence de llegar a un buen acuerdo de beneficio para ambas partes.

He tenido la oportunidad de conocer a muchos directores de tránsito y de incluso trabajar para ellos, conozco bien el esfuerzo de muchos elementos que de verdad se soban el lomo, porque eso de andar de día y de noche, con calor, frío, viento y lluvia, aguantando una y mil cosas, por un sueldo que no es la gran cosa, requiere de vocación, pero sobre todo de necesidad, mucha necesidad, aunque también los hay convencidos y con un enorme amor por su profesión.

Pero insisto en que, como dicen en el rancho “lo que es parejo no es chipotudo” y cuando cualquier hijo de vecino acude a quejarse de un oficial lo primero que le piden es que compruebe su dicho. Pues bueno, ahora propongo que se aplique al contrario y que para que la sanción de los insultos a la autoridad tenga validez, sea el oficial quien deba presentar una prueba fehaciente y satisfactoria del agravio recibido y no sea válido el simple testimonio de sus compañeros de trabajo.

Como todo en la vida, los hay buenos, pero también los hay muy malos, chambones que denigran el uniforme y que sólo buscan la manera de agenciarse dinero de una manera fácil. Los he visto y conocido, sé de sus trucos y mañas, por lo que no dudo que ahora buscarán especializarse en hacer “reventar” a los conductores con tal de ser “insultados” y así tener el pretexto, reglamento en mano, para la extorsión.

¿En qué mundo viven nuestros alcaldes que con un ratito en el cargo, gracias al cual tienen chofer, se les olvida lo que sucede con los simples mortales?

Repito, que la prueba sea ahora de los agentes para que proceda, a ver si así se preocupan por despistarle más y se les quitan las ganas de buscar el ingreso fácil.

ftijerin@rtvnews.com