“El problema no es quién las hace, sino quién las paga”
Yomero
Por más que intento no alcanzo a comprender lo que cruza por la mente de los integrantes de la Comisión Estatal Electoral que, sí, cumplen con lo que marca la ley, pero que su “cumplimiento” no puede estar más alejado de las verdaderas necesidades de la población y un sentido práctico.
Sí, se aprobaron las figuras de las consultas y referéndums, pero ¿quién paga por esas encuestas, su levantamiento y proceso de datos?
¿Cómo por qué tenemos los nuevoleoneses tener que pagar para indagar asuntos tan sustanciales como la suspensión de la “Ruta Ecológica” o “¿se debe suspender la facultad del Ayuntamiento para desincorporar del dominio público municipal los lotes y terrenos considerados como áreas verdes, por lo que resta de la administración 2015-2018 y durante todo el ejercicio de la administración 2018-2021?” y finalmente esa de “¿Estás de acuerdo en que se modifique el Reglamento de Tránsito del Municipio de Guadalupe para prohibir la implementación del sistema de foto-infracción conocido como ‘fotomulta’?”
Costos de la democracia, dirán algunos, pero lo cierto es que a esos costos hay que agregarle el titipuchal de horas que nuestros consejeros electorales pierden en estas nimiedades.
Hay en este momentos cuestiones de fondo realmente relevantes para la vida de los habitantes de Nuevo León que no son discutidas en el seno de una Comisión carísima e inutilísima, que se entretiene en tonterías y a la que le encanta simular que hace cosas para terminar haciendo nada, aunque eso sí, cobrando con creces cuando “tenemos mucho trabajo”.
Los integrantes de la CEE deberían por principio ponerse a chambear para definir criterios y establecer lineamiento a fin de marcar con diáfana claridad qué se puede y qué no se puede someter a consulta; para involucrar de manera directa a los promoventes y exigirles su participación económica en la realización de las encuestas a fin de evitar tonterías.
¿Qué hace la CEE en asuntos meramente administrativos? ¿Dónde lo electoral se cruza con las prácticas de administración pública?
No ha ocurrido pero ocurrirá, en un futuro nos alcanzará la sombra de la duda sobre actos de corrupción derivados de la intromisión de los contratantes de las encuestas para, atendiendo los intereses de grupos específicos, intentar modificar el resultado de los sondeos. ¿Quiere apostar?
Y mientras el estado se cae a pedazos, mientras carecemos de seguridad, de empleo, de oportunidades de estudio, de vialidades, de tantas cosas, los consejeros electorales sentaditos en el clima y recibiendo jugosos sueldos se la pasan discutiendo estupideces.
El problema no es quién la hace, sino quién la paga.
