“Vivimos en una sociedad profundamente dependiente de la ciencia y la tecnología
y en la que casi nadie sabe nada de estos temas.
Ello constituye una fórmula segura para el desastre”
Carl Sagan
Con frecuencia digo que soy un hombre más corriente que común que cada mes, religiosamente, tiene que enfrentar peligrosas misiones de un altísimo grado de dificultad como lo son el acudir a pagar los servicios de mi casa y oficina.
Y es que la supuesta “modernidad” termina volviéndose en contra nuestra (siempre en nuestra contra y no de las empresas) y complicándolo todo para ponerte al borde de la locura.
¿De verdad es tan difícil para los bancos y empresas de servicio el utilizar herramientas para facilitar los trámites en días que ellos saben que habrá una alta demanda?
¿Por qué diantres no atenderán a la simple lógica y comprenderán que los usuarios acuden a la hora que pueden (casi siempre al mediodía, sacrificando sus alimentos) a pagar los recibos y no ponen más personal a atender, orientar y apoyar a sus clientes?
En medio del infernal calor de ayer acudí a la CFE a pagar el recibo de la luz. De entrada una fila de 22 personas formados ante 8 cajeros automáticos de los cuáles apenas cuatro funcionaban. Y obvio, te tocan las personas que no saben utilizarlo o a las que la máquina, que no piensa, les devuelve un billete y no hay quién les asesore en el proceso, de manera que algo que debería ser ágil se convierte en un tormento de más de una hora.
De ahí a Telmex, en donde los cajeros automáticos son más modernos, pero resulta que quieres pagar con cheque o tarjeta y justo al mediodía todos se van a comer (bendito sindicato) y se quedan dos personas atendiendo contratos, aclaraciones y pagos.
Igual ocurre en Agua y Drenaje o en el servicio de gas, es igual en todos, como en los bancos, en donde hacen exactamente lo mismo, pero se esmeran el día de las quincenas, cuando cobran los jubilados o cuando hay que hacer pagos de impuestos.
Y no se te ocurra quejarte porque terminas regañado. “Pague antes en un banco o en un Oxxo” te recriminan, pero sucede que cuando lo haces así en ocasiones no se refleja el pago y cuando te llegan a cortar el servicio te indican que debes ir a donde pagaste a hacer la aclaración. ¿Qué te queda hacer?
La modernidad ha invertido aquella famosa frase que conocimos de niños, por lo que ahora ellos, los que dicen tener la razón, se escudan diciendo: “Aquí el cliente nunca tiene la razón”.
P.D.- A ver si el nuevo Procurador Federal del Consumidor, el paisano Rogelio Cerda, puede hacer algo para mejorar todo esto.