“Los hechos hablan más que mil palabras”
Yomero
Ni coincidencia, ni casualidad, simple y sencillamente la realidad clara y diáfana.
Ni calumnias, infamias, infundios o inventos, hechos comprobables que se suceden a diario en Apodaca.
Ayer una maestra fue despojada a punta de pistola de su camioneta afuera del plantel en el que labora; la dueña de una estética fue baleada en un asalto y una constructora fue asaltada llevándose tres camiones.
En el 2015 la principal demanda de los apodaquenses, como en otros muchos municipios del estado y el país, era el contar con mayor seguridad y fue por ello que la opción de votar por Óscar Cantú parecía buena; después de todo Cantú no lo hizo mal en el tiempo en que fue encargado de esa delicada área en el Municipio, pero ya como alcalde todo ha sido distinto.
Las quejas son una constante, a diario suceden hechos que incrementan la molestia social hacia sus autoridades, porque no sólo se trata de la seguridad, igual o peor están aspectos como la pavimentación, el alumbrado, otros servicios públicos.
Por eso no alcanzo a comprender la clase y tipo de “amarre” que hizo con exalcaldes el actual edil para buscar reelegirse en el puesto; todo apunta a un suicidio político y un entregar la alcaldía a otro partido. ¿Estará de acuerdo con ello la dirigencia estatal y nacional del PRI?
Como decía el viejo poema: “un botón basta de muestra, los demás… a la camisa”.