“Son candil de la calle y oscuridad de su casa”
Refrán popular
Quisiera entenderles, pero no puedo. Se quejan de la desigualdad y la inequidad, de la falta de un piso parejo, de que no les brindan las mismas oportunidades, pero apenas les dicen “mi alma” y ya están más puestas que un calcetín para cualquier tarea o encargo, por increíble o incongruente que este sea.
El pleito no es con una, ni con las de un partido en particular y mucho menos con Claudia Pavlovich, la gobernadora de Sonora a la que invitaron al Congreso de Nuevo León a un evento sacado de la manga para celebrar el 64° aniversario del voto de la mujer en México.
Nadie duda de los méritos y la carrera de la gobernadora, que por algo ha llegado ahí, pero de eso a tomarla como un referente en la lucha de las mujeres, creo que existe un gran diferencia.
Y sí, sí estoy molesto por la falta de criterio, sensibilidad, sentido de la oportunidad, capacidad de reconocimiento y visión de nuestras diputadas, que son capaces de ir a presentar iniciativas por un salero, servir de igual comparsa y sin chistar para los afanes protagónicos de su coordinador, como lo hizo “Concha Mentiras” y ahora lo hace Mariela o de tener más colores que un camaleón, según la conveniencia, como sucede con Karina.
Hace muy pocos días dejó de existir en la ciudad una mujer que sí hizo mucho, pero mucho, por las mujeres, por la igualdad, por un trato digno, por mejorar sus condiciones, que valientemente denunció hechos y peleó con uñas y dientes, que estuvo en el campo de batalla durante largos años, y nuestras brillantes diputadas no fueron capaces de pensar en quién tenía más méritos para recibir un reconocimiento. Me refiero, obvio, a Rosaura Barahona.
Pero no, apenas les sugirieron montar un show para la gobernadora de Sonora y ya lo estaban haciendo. Insisto, no es nada contra la señora Pavlovich, es contra la falta de capacidad e inteligencia de nuestras legisladoras que no son capaces de negarse y hacer algo digno:
Y luego cuando llegan las candidaturas y los cargos de nivel se escandalizan y se quejan y exigen paridad.
No puedo entenderlas y mucho menos tomarlas en serio.
