“No todo lo que brilla es oro”
Refrán popular
La modernidad obliga no sólo a estar presente en las redes sociales, sino a aparecer con muchos seguidores, con suficientes “likes” y que tus contenidos se compartan.
Como casi todo en la vida y especialmente en el caso de los políticos, la percepción se ubica por encima de la realidad, así que es necesario mantener las apariencias, detalle que no ha pasado por alto para los ingeniosos desarrolladores y programadores que han encontrado formas de modificar la simple visualización de los usuarios.
Así, casi desde el arranque mismo de las redes, aparecieron personas y negocios que se encargan de “engañar al sistema” con “boots” o robots que emulan seguidores, amigos, likes, visualizaciones y “shares” de contenidos. Por una corta feria, sencilla pero valedora, se puede comprar lo que se desee.
Por eso cuando un político presume de millones de vistas de su post o video por dentro me sonrío, porque conoces el truco, porque una simple auditoría casi con seguridad ofrecerá la realidad que no es otra que esas vistas, “likes” o “shares” provienen de recónditos lugares del planeta en donde, por cierto, los interfectos no tienen ni penetración ni influencia, en donde ni siquiera los conocen y sus propuestas son como tirar una gota de agua en el desierto o el mar.
Lo triste, lo grave, lo preocupante, es que intenten vernos la cara, que piensen que su mentira pasa desapercibida, que nadie se entera de su falsedad y engaño.
Allá ellos y sus cuentos, si quieren tragarse solos sus “likes” “shares” y “followers” es su rollo, porque al final como nadie los quiere, ni los pela, tienen que pagar para simular que son vistos.
No todo lo que brilla es oro.