“No se puede renunciar a los afectos”
Yomero
Me unen a Honduras muchos afectos y amigos, como los unía con la entrañable Rosaura, los quiero y no puedo negarlos.
Llegué a ellos hace casi diez años por un asunto de trabajo que se organizó en Miami; meses después fui invitado a dar una conferencia a Tegucigalpa y estando allá mis amigos me invitaron a quedarme para asesorar la campaña del entonces precandidato del Partido Nacional y de ahí han nacido queridísimas amistades y grandes compañeros.
Me tocó vivir en aquel tiempo el gobierno y caída del Mel Zelaya, el periodo de transición de Micheletti, las campañas políticas y el ascenso de Pepe Lobo, con quien tuve la oportunidad de colaborar durante su mandato y disfrutar del privilegio de su amistad, así como la del entonces presidente del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández, quien al paso del tiempo se convertiría en el Presidente de Honduras.
Aunque con Juan Orlando tengo una relación cordial y de afecto, diversas circunstancias impidieron que siguiera apoyando al gobierno hondureño, sin embargo y esto es lo realmente importante, mis afectos y contactos siguieron y siguen vigentes.
Por eso hoy al ver lo que se vive en Honduras me siento triste.
He seguido al tanto de los sucesos en los últimos tiempos, he visto lo que se ha hecho durante la gestión del presidente Hernández y las dificultades que ha enfrentado, como también soy testigo de los embates políticos y de intereses mezquinos que han buscado perjudicarlo desde hace mucho tiempo.
Gobernar no es tarea sencilla, requiere de carácter y de tomar difíciles decisiones que no siempre dejan contentos a todos. En una nación tan complicada y de tantos contrastes como Honduras el asunto se agrava.
Sé quién es Juan Orlando y sé muy bien quién es el candidato que hoy se dice ganador de las elecciones de hace unos días, Salvador Nasralla, sé quiénes le apoyan y los intereses que están detrás de él.
Ojalá y por el bien de los hondureños, lo digo de corazón y la frialdad que da el espacio y el tiempo, que se imponga la razón y que las autoridades electorales le den el triunfo a Juan Orlando Hernández, no porque sea mi amigo, sino porque es la mejor opción para ese país… lo otro sería volver al oscuro pasado y un franco retroceso del que todavía hoy no se pueden recuperar.
Honduras, cómo me dueles.