“Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada”
Oscar Wilde
De verdad me esfuerzo, pero no alcanzo a descifrar si la actitud de algunos políticos de nuestro tiempo es una fastuosa estupidez o un inmenso cinismo.
Al momento de registrar su coalición en la Comisión Estatal Electoral dijo Edelmiro Santos, de Morena: “… tenemos mucho trabajo por delante pero algo que nos distingue a los tres partidos es nuestra ética y nuestra moral, nuestro sello es la honestidad, estamos haciendo historia porque tenemos la vocación de servir al pueblo de México”.
No sé si ponerme a reír, a llorar o a rezar, porque la declaración es al mismo tiempo un chiste, una anécdota, una tomada de pelo y una mentada de madre.
¿Cómo puede invocar valores como ética, moral y honestidad cuando la principal socia y propietaria de uno de los partidos involucrados en la coalición anda a salto de mata escapando porque la ley la busca para que explique cómo se manejaron millones de pesos de un proyecto educativo y fueron a caer a manos de un operador de su partido en otro estado?
¿Quién es Edelmiro Santos para hablar en nombre de Morena? Seamos -nosotros sí- honestos, en Nuevo León y en todo México nadie puede hablar en representación de ese partido como no sea AMLO, porque los demás, todos incluida Yeidkol, son meros artículos de quita y pon, son pañuelos desechables de úsese y tírese; seamos claros, en nuestro estado hay 20 dueños y ninguno al mismo tiempo de ese partido y todos dicen que pondrán candidatos. ¿Ética, moral, honestidad?
Conozco de muchos años a Juan Manuel Alvarado, espero que su decisión de participar en este rarísimo experimento le resulte, porque en el papel y la teoría es el que aparece con menos posibilidades de conseguir candidaturas por esta vía, porque se metió en la misma jaula con un par de tiburones (me refiero a AMLO y a Beto Anaya, que conste) y no le van a dejar sino migajas. Tengo una teoría que hasta ahora siempre ha funcionado: estratega que se mete de candidato o político, fracasa.
No es un discurso triunfalista y mucho menos mentiroso lo que les dará el triunfo en las urnas. Porque se harán trizas entre ellos mismos para decidir las candidaturas, porque responderán a su naturaleza y se van a picar los ojos y se van a hacer trampas para sacar ventajas, porque el asunto lo que menos tiene es precisa y justamente eso: ética, moral y honestidad.
No sé, la verdad, si la declaración de Edelmiro sea producto de la ingenuidad o candidez, por llamarle de una buena manera, pero me inclino a pensar más en que se origina por tontejez o cinismo, creyendo que los electores somos brutos y no nos damos cuenta de las cosas. Lo que los dirigentes, candidatos, partidos, usted o yo pensemos, es lo de menos, porque la verdad se sabrá el día de la elección.