“Es más fácil hacer leyes que gobernar”
Leon Tolstoi
Son tantos los esfuerzos y los recursos destinados que me abruma y espanta ver el nulo avance de las áreas de simplificación y modernización administrativa de los gobiernos.
Pero es que si dan un paso adelante para facilitar las cosas, de inmediato encuentran la manera de dos cuatro o cinco hacia atrás para complicarle la existencia al ciudadano.
Mire usted, hace algunos años el gobierno federal diseñó un sistema único de compras, concursos, licitaciones y demás, el famoso Compranet que para inscribirse y manejarlo había que tener las mismas habilidades que un astronauta de la NASA. Con sus fallas, eran más las virtudes porque se transparentaban procesos y se hacían trámites en línea.
Pero resulta que “a Chuchita lo bolsearon” y con el relajito que armaron al dividir la CFE en varias empresas (lo cual vino a resultar en un caos del que todavía no pueden salir), ahora se inventaron su propio sitio de licitaciones y concursos en el que, otra vez, hay que darte de alta entregando copia certificada de la constancia de bautizo del papá de tu vecina y mil cosas más en un procedimiento que tarda hasta un mes, sólo para el alta.
No alcanzo a entender el por qué si el gobierno tiene los datos de los ciudadanos, es que por igual en todas partes te solicitan copia de tu acta de nacimiento, ¿Qué no la tienen ellos?; copia fotostática de un comprobante de domicilio, ¿qué no tienen ellos suficientes datos de dónde vives con los recibos de CFE, agua, predial? ¿Por qué si ellos tienen los datos debe ser el ciudadano el que haga el trabajo y les entregue copias que terminan en un archivo muerto sin ningún beneficio solo gastando papel y generando más contaminación?
La simplificación y modernización administrativa de nuestros gobiernos tiene un sinónimo: vamos a encontrar la mejor manera de complicar y enredar las cosas.
Otro ejemplo: después de muchos años de intentarlo, la iniciativa privada y el Gobierno de Nuevo León se pudieron poner de acuerdo para dejar de solicitar como requisito para cualquier trámite o solicitud de empleo la “carta de no antecedentes penales”.
Gran logro que evitar que quien por cualquier causa hubiese sido fichado por la autoridad y que ha pagado su pena de manera económica o con pena corporal, se viese impedido de retornar a la vida laboral por contar con antecedentes.
Pero resulta que en medio de todo esto el Congreso del Estado tiene el proceso de recibir solicitudes para los cargos de fiscal general, fiscal anticorrupción y fiscalía contra delitos electorales, a los interesados para ocupar los cargos les solicitan precisamente la carta de no antecedentes penales. ¿De verdad será mucho problema que el comité de selección le solicite a la autoridad penitenciaria saber si determinadas personas cuentan o no con antecedentes? ¿Por qué siempre los que tienen que hacer la chamba son los ciudadanos?
Es sencillo, el verdadero fondo de la simplificación es la complicación. Si no, ¿cómo nos rechazan el trámite?