“En una discusión, lo difícil no es defender nuestra opinión, sino conocerla”
André Maurois
Intento encontrar una lógica al resultado de la encuesta que publicó ayer El Norte sobre las preferencias de los regiomontanos sobre los candidatos a la alcaldía y la verdad no puedo.
Entre la población general Felipe de Jesús Cantú (PAN) tiene un 27% y Adrián de la Garza (PRI) un 20%, pero Patricio Zambrano (Morena) un 18% y Adalberto Madero (PVEM) un 7%.
Las cosas cambian cuando les preguntan a los “líderes” que van con el panista en un 43% y al priista sólo le dan un 21%; Aldo Fasci (independiente) tiene un 14% y Pato Zambrano cae a un 8%.
Las diferencias se tornan abismales cuando a los encuestados les preguntan su opinión sobre las personas, ya que dicen tener una muy buena o buena opinión de Felipe en 43% y de Adrián en un 41%, pero ¡asómbrese!, de Adalberto Madero en un 40%.
Y si lo anterior le parece increíble, entérese que las mismas personas respondieron a la pregunta de “¿quién cree que gane la elección de alcalde?” y dijeron que Adrián de la Garza con un 27%, seguido de Felipe de Jesús Cantú con 26% y Patricio Zambrano con 10%, empatado con Maderito.
Del total de los encuestados un 45% aún no decide por quién votar y un 15% ya decidió, pero podría cambiar.
Y nada más como dato curioso, un 63% de las personas que respondieron al sondeo dijeron aprobar el trabajo realizado por el alcalde de su municipio.
Naturales me resultan las diferencias entre los “simples mortales” y los “líderes”, que son escogidos y que tienen en su inmensa mayoría un mismo perfil, clase social, nivel de estudios, por lo que conforman un bloque bastante predecible, pero no encuentro lógica en los cambios tan radicales en el resto de las respuestas de los encuestados.
¿Por qué Patricio y Maderito cambian de posiciones de manera tan drástica de un punto a otro? Eso no tiene ningún sentido.
De todas formas es la encuesta apenas una línea de base que se da al inicio de las campañas; faltan aún dos meses de intenso golpeteo y de trabajo de tierra y aire que deberá buscar convencer al electorado en un mar picado entre tantas campañas y propuestas.
Más allá de los resultados, me llaman la atención las diferencias. Veremos cómo resulta todo esto en la elección.
