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14/05/2018

PERCEPCIONES / Guerra

“Puedes ganar cuando nadie puede entender
en ningún momento cuáles son tus intenciones”
Sun Tzu

En tiempos de guerra ningún general muestra sus armas o anticipa su estrategia.

Por eso resulta sumamente extraño que el candidato del PAN a la alcaldía de Monterrey, Felipe de Jesús Cantú, haya hecho pública la contratación de los servicios del consultor español, nacionalizado mexicano, Antonio Solá y que el propio Solá haya participado en el anuncio.

El hispano ha sido usado como “el coco” desde hace varios años en muchas campañas,  incluso se rumoró que recién lo había contratado López Obrador para la elección presidencial, lo cual resulta simpático partiendo de la base de que el más sonado éxito de Solá es el que le atribuyen desde hace 12 años con la frase de que “AMLO es un peligro para México”.

El difundir que el estratega de campañas participa en el equipo de Felipe es absolutamente irrelevante, porque a final de cuentas la boleta electoral tendrá el nombre de Cantú; ¿para qué promocionar su contratación?

Sin embargo resulta bastante indicativa su inclusión a un mes y medio del día de la elección, porque deja entrever que algo no estaba funcionando bien en el equipo y tuvieron que buscar un refuerzo. La pompa, loas, fanfarrias y confeti de la contratación revela que buscaron a un apoyo de alto nivel, lo que indica también, en estricta proporción, el tamaño de la preocupación en el “war-room” blanquiazul.

El problema, sin embargo, es que de poco o nada servirá lo que diga Solá, Dick Morris,  Joseph Napolitan o “la mamá de los najayotes”, si tanto el candidato como su círculo cercano no le hacen caso, si los colaboradores se sienten más inteligentes que sus superiores y terminan ejecutando “lo que ellos creen que se debe hacer” o si Felipe, como ya ha sucedido en más de una ocasión, atiende los chismes, rumores y recomendaciones de sus cercanos, por encima de las indicaciones del consultor.

Felipe de Jesús se juega mucho más que la alcaldía regia. Arriesga hoy su futuro político, personal y profesional, porque de ganar tendrá vigencia y posibilidades al frente, pero si pierde será seguramente la última ocasión en que su nombre aparezca en una boleta electoral; siendo como es aún joven (tiene 52 años), el tema resulta preocupante.

Por eso no entiendo el por qué o para qué anda pregonando la contratación de un consultor político que, además, no le resultará nada barato.

ftijerin@rtvnews.com