“Una, y otra, y otra vez”
Paco Stanley
Es una pena y una vergüenza.
En la misma medida en que los regiomontanos somos trabajadores, luchones, echados para adelante, amantes del trabajo y el esfuerzo, lo somos también sucios e inconscientes, a tal grado que nos vale poner en riesgo nuestras vidas y las de los demás.
En una estúpida y soberbia creencia de “les pagamos para que limpien”, seguimos ensuciando calles y avenidas con desperdicios que a la postre tapan drenajes y alcantarillas provocando inundaciones, cierre de calles y posteriormente derivando en baches que, obvio, también pagamos con nuestro dinero.
He visto crecer a una nueva generación de jóvenes supuestamente más comprometidos con el entorno, pero el problema es que ese compromiso es real sólo en la postura, en las redes sociales, porque los resultados están a la vista, seguimos con los mismos problemas; la basura es sólo la punta del iceberg.
Porque nuestros chavos hablan de contaminación, pero no son capaces de proponer soluciones, de buscar opciones para un mejor transporte colectivo y ni por asomo piensan en dejar su auto o su Uber.
Monterrey tiene contados periodos de lluvia al año, pero cada vez que llueve es el mismo problema. La gente no deja de ensuciarlo todo y la autoridad prefiere dedicar sus esfuerzos a tareas más prácticas, sencillas y sobre todo en estos tiempos, que les redunden en beneficios de imagen y votos; recoger la basura no es una de ellas.
Y como esos mil ejemplos.
¿Cuándo iremos a cambiar y comportarnos como lo hacemos cada vez que cruzamos el Río Bravo?