“Es, a menudo, más conveniente disimular que vengarse”
Séneca
Y clamarán por sangre y rodarán cabezas, en el PRI y el PAN los antes desplazados harán una limpia para “reinventarse”, aunque en el fondo lo único que terminarán haciendo es volver a lo que antes fueron, o sea, más de lo mismo.
Pero la reingeniería debe ir mucho más allá que simplemente cambiar los grupos y rostros.
El contundente mensaje en las urnas del pasado domingo ha sido la cereza del pastel de muchos, muchos, muchos mensajes que a lo largo de los últimos años los mexicanos estuvieron enviando y que los partidos se negaron a escuchar, la hegemonía terminó.
Y aunque en estos días haya “espaldarazos” de apoyo, todo es simulado, porque en el fondo los opositores internos ya mueven sus piezas para el abordaje.
Sin embargo unos y otros tendrán la misma estrategia de cara a las siguientes elecciones: jugar a la “rayuela”, esperando que en el rebote los votantes se desilusionen de Morena y les vuelvan a llevar al poder en un albur a la suerte, porque depende de cualquier cantidad de factores, menos de un trabajo serio y ordenado que busque enamorar a la sociedad, tomar sus causas y banderas y representarlos dignamente.
Y se convertirán en “oposición seria y responsable”, aunque en el fondo solamente estarán dando de gritos y sombrerazos, buscando ser una oposición mediática por arriba de la mesa y pasalona por debajo.
Aventar la moneda a ver quién queda más cerca de la rayita no es la solución, pero es la única que conocen.