“Las leyes inútiles debilitan a las necesarias”
Montesquieu
Un ejemplo claro de la invertida escala de valores con la que arriban al cargo los flamantes diputados del Congreso de Nuevo León nos la obsequió el fin de semana la coordinadora de la bancada de Morena, Claudia Tapia, quien en sus redes sociales posteó como unas de sus prioridades que propondrán reformas a la Ley de Protección Animal para cuidar a los de abasto, un registro estatal de animales y la prohibición del uso de caballos en actividades de tracción.
Habiendo tantos problemas por resolver, existiendo en nuestros días tantas cosas por hacer, ¿de verdad es esta una prioridad inaplazable que le quita el sueño a la diputada Tapia?
Pero ha sido la cruda realidad la que ha puesto las cosas en su lugar y ayer domingo le estrelló a la legisladora en plena cara una dosis de oportunidad con el incidente en el que aficionados del Monterrey atacaron de manera inmisericorde a otros de Tigres.
¿Protección animal? ¡Por favor diputada, sea seria! Requerimos leyes que protejan a los ciudadanos, ocupamos que dedique sus esfuerzos en proteger a los niños, a las mujeres desvalidas víctimas de la violencia intrafamiliar, requerimos que vele por el derecho de los jóvenes a estudiar y de los egresados de las universidades y escuelas técnicas a tener un trabajo bien remunerado.
Los animales pueden esperar porque por usted, ni por ninguno de los compañeros, votó ninguno de alguna especie, fueron personas que esperan el mejor de sus esfuerzos, no la frivolidad barata de quien llega al cargo para hacer leyes a su gusto o preferencia.
¿Es que acaso diputada no se ha enterado de la crisis de violencia que vivimos? ¿Es que no sabe del tema del posible incremento a las tarifas camioneras? ¿Nadie le ha informado de la cantidad de “ninis” que hay en Nuevo León?
De verdad, lo digo en serio, esperaba más de usted y de los diputados de Morena, como también de los del resto de las fracciones.
¿Quién nos cuida, diputada Tapia, de los animales como los de ayer que dejaron medio muerto a un hombre a mitad de la calle por el simple hecho de ser seguidor de un equipo de futbol contrario?
¡Déjese de cuentos y ya póngase a trabajar, que para eso le pagamos! Mejor cuídenos a nosotros, sobre todo de los “animales” que a diario y de muchas formas atentan contra los ciudadanos de nuestro Estado.
