“La demagogia es la capacidad de vestir las ideas menores con las palabras mayores”
Abraham Lincoln
El tema hoy es montarse en la ola, aprovechar la coyuntura y buscar la manera de obtener beneficio político, no importa el fondo, no importa el futuro, hoy cuenta el aquí y ahora, la fama efímera, el golpe mediático.
Y por igual diputados que dirigentes de partidos, líderes de ONG’s y demás opinadores de costumbre, se vuelcan a la búsqueda de culpables y no de soluciones o respuestas.
Todos critican la decisión de los tres policías de Fuerza Civil que al notar que eran rebasados por dos grupos de aficionados al futbol en franca pugna tomaron la decisión más inteligente: poner distancia y pedir refuerzos, porque quedarse ahí constituía un riesgo mucho mayor.
¿Qué hubiese pasado si pretendiendo controlar a la turba los tres elementos fuesen sometidos y desarmados? En la unidad había por lo menos tres armas cortas y una o dos largas, ¿cómo podrían haber sido usadas esas pistolas y rifles?
Era imposible contener a quienes, aún y cuando la granadera estaba en el sitio, ya se lanzaban piedras de un lado a otro y la bronca era inminente. Los policías siguieron un protocolo, pero lincharlos con declaraciones es mucho más cómodo y sobre todo más lucrativo en términos de criticar a la autoridad.
Exactamente igual ocurre con el tema del transporte en Nuevo León. Vamos muy tarde con las soluciones y todo por seguir aplicando criterios políticos y no los necesarios para resolver un problema.
Exigir la cancelación del incremento de las tarifas sólo desembocará en una solución: el subsidio, mismo que terminaremos pagando todos los ciudadanos, ocupemos o no el transporte urbano.
Pero más allá de los precios, los márgenes de utilidad y los costos, nadie se aboca a tratar el tema de manera integral, con un rediseño de las rutas mucho más inteligente, atendiendo a demanda, frecuencias de paso, complementación de rutas y sistemas.
Y por si lo anterior fuese poco, ahora vuelve el tema de la verificación vehicular y ocurre exactamente lo mismo: los diputados, los políticos y los organismos exigen que sea gratuita, cargando al erario (el dinero de todos) la puesta en operación de algo que mucho más temprano que tarde nos terminará sobrepasando.
Piensan en el hoy sin importar el mañana, piensan en la oportunidad política de golpear para llevar agua a su molino, pero piensan de manera egoísta, en ellos y sólo en ellos, valiéndoles un cacahuate los ciudadanos.
Muy populares, sí, pero también demasiado irresponsables.
Demagogia pura.