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20/11/2018

PERCEPCIONES / No le entiendo

“No es igual atrás, que en ancas”
Refrán ranchero

No alcanzo a entender el anuncio de la propuesta que piensa hacer la bancada del PRI en el Congreso local para crear la figura de un “Gobierno de Coalición”.

Álvaro Ibarra, ducho en estas lides porque fue Secretario General de Gobierno, dice que Al no haber una mayoría absoluta en el Legislativo y con un Gobernador independiente, este régimen le permitirá hacer equipo con diputados de diversas bancadas para aprobar temas e incluso nombrar en conjunto a los integrantes del Gabinete, previa consulta ciudadana”.

¡Si chucha, cómo no!

Que el Ejecutivo haga equipo con los diputados de diversas bancadas para impulsar temas es obligación de ambas partes, simple y sencillamente su función; pero de eso ha nombrar en conjunto integrantes del Gabinete y encima previa consulta ciudadana (que seguro los de la CEE nos querrán cobrar a miles de millones de pesos), media una enorme diferencia.

Porque en ese supuesto que plantea Álvaro, con toda certeza los partidos condicionarían su voto a la inclusión de uno de sus miembros en el Gabinete. No la brincan sin huarache.

El diputado Ibarra se apoya en las reformas a la Constitución federal de 2014, con la que el Presidente Peña Nieto formalizó una coalición parlamentaria con PRI, PAN, PRD y otros partidos menores para negociar una agenda de temas, conocido como “Pacto por México” para sacar adelante las reformas Educativa, Energética, de Telecomunicaciones, entre otras, pero que no incluyó el cederles ninguna cartera del Gobierno Federal.

Los resultados del Pacto están ahí, pero políticamente para el PAN y el PRI fue el inicio de la debacle que provocó que en las pasadas elecciones Morena los desbancara en la más estrepitosa de las derrotas jamás vista. ¿Es que todavía no lo entienden?

Es verdad que al gobernar con ocho fuerzas políticas diferentes la búsqueda de consensos se complique, pero para eso están, para hacer política.

El asunto se resolvería fácilmente si nuestros diputados se olvidaran un poco de anteponer a sus partidos y la línea y pensaran más en el ciudadano; esos beneficios, bien publicitados, redundarían en una ganancia de imagen para los institutos políticos de cara a futuros procesos electorales.

Pero eso no puede ser, porque nuestros legisladores no son libres para determinar ni siquiera el sabor de los refrescos que se van a tomar y tienen que pedirle permiso a su coordinador y el partido y mientras eso siga ocurriendo, no vamos a poder avanzar.

ftijerin@rtvnews.com