“El vínculo más básico que tenemos en común es que todos vivimos en este pequeño planeta.
Todos respiramos el mismo aire, todos valoramos el futuro
de nuestros hijos y todos somos mortales”
John F. Kennedy
Tres sucesos ocurridos ayer, todos relacionados con la seguridad, me mueven a pensar acerca de la responsabilidad que todos tenemos en este tema.
Por una parte me alarma el enterarme de un ataque con granadas de mano y armas largas que deja un muerto. Me inquieta el nivel de violencia y me cuestiono el nivel de “inteligencia” que tienen nuestras autoridades para que ya no sean sólo rifles de asalto, sino granadas de mano las que sean utilizadas por los delincuentes. En algo, y mucho, estamos fallando.
Por otra parte me congratulo y felicito a dos buenos servidores públicos, dos agentes de tránsito que no ocuparon ni protocolos ni capacitaciones, como tampoco necesitaron de armas, para hacer bien su labor.
Dos agentes viales de Monterrey detuvieron a un hombre que acababa de asaltar un banco y lo hicieron a puro valor mexicano; a cambio uno se llevó una herida con un desarmador y el otro una mordida del maleante.
Lo menos que se puede esperar es un reconocimiento y un estímulo -económico por favor, que de diplomas nadie vive- por parte del Municipio de Monterrey.
Finalmente, unos hombres pretendieron secuestrar a una mujer en pleno centro regiomontano. Por fortuna la intervención de varios automovilistas que se dieron cuenta de lo que ocurría y accionaron el claxon de sus automóviles asustando a los secuestradores, evitaron el suceso.
Cuando todos creemos que vivimos en una jungla en la que a nadie le importa lo que ocurre a tu alrededor, los hechos demuestran que aún hay gente buena, ciudadanos responsables y solidarios que, ante la incapacidad de nuestras policías, son capaces de actuar para defendernos en conjunto.
Son tres historias con finales distintos, dos de ellas muy positivas y que nos deben dar ejemplo de cómo se debe de actuar.
Debemos encontrar pautas, parámetros, formas, métodos que nos permitan protegernos. La violencia está de regreso y cuidarnos será la diferencia.
