“Con la primera que me tome de la mano,
y que prometa no insistir en mis pecados…”
Rafael Monclova
Como la letra de ese exitazo de mi admirado Marco Antonio Muñiz, compuesto por Rafael Monclova “A donde quiera”, está Eugenio Montiel, que irá con Morena en las próximas elecciones a una diputación federal, a reelegirse como diputado local o para una alcaldía.
Dadas las condiciones Montiel se agarra a un clavo ardiente o un chorro de agua, le da igual.
Pero hombre, batalla porque quiere, por si se la están poniendo en charola de plata, lo que debería de pedir es que le ofrecieran una regiduría, de preferencia en un municipio en donde esté absolutamente seguro que su candidato a alcalde va a perder, para así volver a ser regidor de oposición, porque eso es algo que ya demostró que si sabe hacer y en donde medianamente le fue bien, bueno le fue tan bien que lo hicieron diputado.
La infortunada declaración de Eugenio lo desnuda a los ojos de la ciudadanía: cero proyecto, cero ideales, cero rumbo; lo único que tiene claro es que desea seguir en la nómina gubernamental, de lo que sea, en donde sea, con quien sea, de a como sea, pero adentro del ajo.
Es Montiel un hombre bien intencionado y capaz a quien la improvisación, pero sobre todo su falta de estrategia en una visión integral como ente político le han jugado malas pasadas, además de haber sido pésimamente asesorado y mal manejado; sus ocurrencias, célebres algunas, pero muchas que rayaron en malas caricaturas con cero dividendos en el mejor de los casos, tuvieron en otras ocasiones un alto costo de imagen.
Su aceptación del papel de comparsa de Morena sin estar afiliado al partido, lo cual demuestra además cero compromiso de su parte en una especie de “sí soy, pero no soy”, será difícil de aceptar por el electorado, como también le repercutirá su actitud de por ahora soy independiente para apoyar a Karina Barrón (que tampoco canta mal las rancheras por aquello de soy independiente pero cuando viene Moreno Valle soy panista) para ser presidenta del Congreso. La gente no es tonta y lo tomará en cuenta a la vuelta de la esquina.
Puede que consiga una candidatura, pero ganar la elección se aprecia realmente difícil y todo por aceptar ir “a donde quiera”.
