“El mundo no está en peligro por las malas personas
sino por aquellas que permiten la maldad”
Albert Einstein
Los casos recientes de dos jovencitas asesinadas por sus exnovios a punta de pistola son para encender las alarmas.
Algo nos está ocurriendo como sociedad que no sabemos conducir, orientar y guiar a nuestros jóvenes.
¿Qué impulsó a estos muchachos a tomar un arma de fuego y dirigirse hasta sus exnovias, unas muchachitas apenas, para llegar al extremo de privarlas de la vida?
Sí, hay un problema de conducta; sí, puede haber falta de atención de los padres de los agresores o de supervisión de los familiares de las víctimas; pero como sociedad no podemos, no debemos cerrar los ojos, porque por principio de cuentas, ¿qué hace un joven con una pistola en las manos? ¿De dónde la sacó? ¿Quién le ha dicho que las diferencias o los problemas se arreglan con ella?
No se trata de un problema de gobierno, es un asunto de comunidad que nos incumbe y compete a todos, que nos debe hacer abrir los ojos y tomar acciones contundentes, claras y precisas, para evitar que tragedias como estas se vuelvan a repetir.
Tenemos que retomar la escala de valores. No es posible, no es creíble, que por una deuda de ocho mil pesos, así sea de drogas, hallan asesinado a nueve personas el fin de semana. ¿Es que acaso la vida de un ser humano vale menos de mil pesos?
¿En dónde y cuándo nos perdimos?
Mucho más importante que el camión gratuito para los estudiantes son estos temas y aunque la tarea es de todos, una parte importante la debe poner el Gobierno.
¿Tendrán respuestas?
