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02/02/2017

Asco

“Cuando la estafa es enorme ya toma un nombre decente”
Ramón Pérez de Ayala

La versión tiene ya un par de semanas circulando y ayer un dato ha empezado a darle credibilidad. Existe la posibilidad de que la historia de las quimioterapias falsas aplicadas a niños en Veracruz durante el gobierno de Javier Duarte sea un ardid del actual gobierno.

Ayer la Cofepris anunció que no ha encontrado evidencia de que las quimios aplicadas durante la administración de Duarte hayan sido, como aseguró a los cuatro vientos Miguel Ángel Yunes, “agua destilada”.

Si Javier Duarte no fue un ángel y cometió muchas tropelías en su administración, justo es decir que tampoco la carrera política del actual gobernador veracruzano ha sido un ejemplo de rectitud y buenos oficios.

Obvio, la indignación es la primera reacción al enterarte de una acción tan ruin y cobarde como la de jugar con la salud de unos niños que padecen cáncer, pero, ¿y si no fuese cierta la especie? ¿Y si todo se tratase de un ardid con el único propósito de desprestigiar aún más al antecesor y legitimarse?

De quienes hoy detentan el poder ya nada me espanta, pero no deja de preocuparme la bajeza y la vileza de unos y otros. Estos niveles de ruindad lo único que me provocan es asco.

ftijerin@rtvnews.com