“Vamos a explicarle con palitos y bolitas”
Yomero
No me queda claro si Mario Alberto Garza, el presidente de la Comisión Estatal Electoral, “es o se hace”.
Ayer tuvo el infortunio de declarar que le han llegado quejas sobre aspirantes a cargos de elección que se anuncian en espectaculares y dijo que “a él no le corresponde sancionarlos”. ¿Entonces a quién?
Dijo que “será hasta el 6 de octubre, cuando inicie la época electoral, cuando la Comisión pudiese aplicar una sanción”, ante lo que cuestiono: ¿entonces por qué no empieza a cobrar su sueldo, él, los consejeros y todos los empleados de la comisión hasta el 6 de octubre?
Garza dijo también que se ha satanizado a la política y que el de los espectaculares “es un tema que no está regulado en ese sentido y que también prácticamente está llevando a asfixiar a la política. Ahora ningún representante puede ir a un mitin de su partido”.
No, no se confunda ni nos quiera confundir, las quejas de los funcionarios que andan en actividades partidistas se dan porque lo hacen en horas de oficina, transportándose con vehículos oficiales y acompañándose de servidores públicos que deberían estar trabajando y no de achichincles.
No señor Garza, no se confunda ni nos quiera confundir, el asunto de los espectaculares es una trampa, chapuza, triquiñuela, truco; si usted se hace o le gusta que le vean la cara es su problema, pero resulta que ocupa ese cargo para garantizar un piso parejo y elecciones limpias, no para poner pretextos para no trabajar.
No señor Garza, no se confunda, usted percibe un salario pagado con recursos públicos que debe devengar, centavo a centavo, minuto a minuto, no hasta el 6 de octubre, todos los días.
No señor Garza, la opinión pública no está confundida como usted asevera, el confundido es usted.
Aquí el único asfixiado es usted, porque lejos de cumplir con la responsabilidad que le fue conferida busca la manera de evadir su trabajo y justificar lo injustificable. Si ya todos conocemos el truco barato de la entrevista, el programa de radio o televisión o el libro, ¿por qué diantres no hace algo para impedirlo?
Molesta, enfada y encanija que encima de que presume de flojonazo, todavía se quiera poner en pose de pontificador para decir qué sí y qué no se debe hacer.
¡Asfixiado!