“A los vivos les debemos respeto,
pero a los muertos solo les debemos la verdad”
Voltaire
Nada más despreciable que los seres humanos que sin respeto ni moral se tornan en carroñeros por el simple y vulgar deseo de conveniencia o venganza.
A Eugenio Montiel y a Enrique Pérez Villa, dos hombres apestados en sus propios partidos, sin mucho pasado, con menos presente y si ningún futuro, no les importa utilizar una tragedia, como la muerte de dos personas y el drama que viven muchas familias al perder sus hogares y patrimonio, por su mero afán protagónico y sus deseos de venganza.
Uno diputado y otro regidor, dan muestra clara de su enorme desconocimiento de las leyes, pero ante todo dejan ver de una pieza su falta de fondo y humanidad. Puedo afirmar que si los fallecidos fuesen sus familiares o amigos, no actuarían de esa torpe, burda y vergonzante manera.
Se comportan como los buitres o los mapaches, son carroñeros necrófagos a los que mueve un insano interés originado por su incapacidad de destacar por sus propios méritos y alcances, porque no conocen otra manera de hacerse notar, porque su pírrica victoria es un día aparecer en una foto, aunque en el fondo el valor real de esa foto y esa nota sea pasar por encima de valores básicos como la humanidad y el respeto.
Montiel y Pérez tienen una enfermiza fijación que en realidad no es tanto, pero han sido la base sobre la cual han sustentado sus muy tristes carreras, ya que sus mayores cotas las alcanzado criticando a Margarita Arellanes y por ello es que se empeñan en cantar la misma canción una y otra y otra vez, porque creen que utilizan a los medios sin darse cuenta de que en realidad son utilizados como tristes patiños.
Dan pena y al mismo tiempo vergüenza, porque nunca jamás la carrera de un político debería basarse en cimientos tan deleznables. Ojalá que mañana su descendencia no tenga que bajar la cabeza y llenarse de pena cuando alguien les recuerde que ustedes se han comportado sin pudor ni recato como buitres sin respeto al dolor ajeno, sólo por su ambición y deseo de continuar vigentes en política, incapaces de hacerlo por su trabajo, sus logros y méritos.
En todo caso deberían los dos checar lo que dice la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos, para que se vayan enterando y se dejen de sandeces.
