“Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo”
José Ortega y Gasset
Si hace unos días me “encaboroné” (como diría Catón), con los padres de dos huercos “pirrurris” de un colegio que promovieron un amparo para que no les revisaran sus mochilas, hoy no puedo más que pegar de gritos por la ineptitud, inconciencia, incongruencia e incapacidad de la Presidenta estatal de la Comisión de los Derechos Humanos, Sofía Velasco, que cuestionó que el Colegio Americano del Noreste haya cambiado su reglamento interno para solicitar exámenes antidoping y perfiles sicológicos a sus estudiantes.
La burócrata de cerrado cerebro dijo que la determinación del colegio “es violatoria a los derechos de los niños y las niñas” y añadió que “estos requisitos son invasivos a la integridad de los estudiantes”, por lo que pedirá a la institución que justifique el por qué requieren un perfil sicológico de cada niño.
¿Es que acaso no vive en Monterrey? ¿Es que no se enteró de lo que ahí sucedió? ¿Es que no tiene una pizca de cerebro para comprender?
Voy de acuerdo, los estudiantes, los maestros, los directivos y hasta los padres de familia tienen derechos, sí, pero todo el panorama se modificó en función de un hecho y eso cambia las circunstancias, por lo que se hace necesario tomar medidas y acciones para evitar que algo así vuelva a repetirse.
Y no sólo en el Colegio Americano, le medida debería implementarse en todos los centros escolares privados y públicos de la ciudad, en las Universidades y centros de enseñanza, por muy “invasivo” que le parezca a la señora.
¿Cómo justificar el posicionamiento de alguien con tan escaso criterio?
Antes de emitir juicios y exigir respuestas, deberíamos preguntarle a esa señora: ¿en dónde diantres estaba usted el día de los hechos para proteger los derechos de las víctimas, de la maestra y los dos alumnos baleados, del resto de los estudiantes del salón y del plantel, de los otros maestros, de los directivos y los padres de familia y hasta del propio agresor?
¡No venga ahora a invocar derechos señora! ¡Póngase a trabajar y a desquitar el jugoso sueldo que le pagamos los nuevoleoneses!