“Sí robé, pero poquito”
Layín
Aunque de verdad lo intento, no logro descifrar la nueva “idea” de los alcaldes metropolitanos que proponen cobrar las fotomultas en función de la cantidad de exceso de velocidad que tenga un vehículo al momento de violar el Reglamento.
La decisión sería como validar aquella famosa frase del entonces candidato “Layín” que aceptó que cuando era alcalde sí robó, “pero poquito”.
Bajo el mismo criterio expresado por la Presidenta de la AMA, Clara Luz Flores, se tendría que ponderar a los rateros, violadores, extorsionistas, defraudadores y demás, “¿fue poquito?, bueno ándele, le damos poquita cárcel”.
La queja ciudadana no es en contra de establecer límites o de buscar reducir el número de accidentes protegiendo vidas, el grito es por un sistema oscuro que no brinda garantías y que no permite defenderse al acusado (aunque ellos la pinten muy bonita, porque lo único que hacen es marearte a la vuelta y vuelta y cansarte para que mejor pagues).
Los ventajosos contratos de las empresas que prestan esta clase de servicios dan mucho de qué pensar y es ahí en donde empieza la desconfianza ciudadana, porque todo indicaría que el sistema está diseñado para recaudar dinero a través de infracciones a diestra y siniestra, con un beneficio a las arcas, pero un dividendo mucho mayor para el prestador.
Así como el hecho de robar es el mismo y no cambia entre uno y un millón, la velocidad del exceso sobre el límite permitido no debería ser la variable, sino la manera en que se ofrecen garantías de transparencia, audiencia, honestidad en la contratación y cobro, la calibración de los sistemas y otros elementos que terminen haciendo que la gente confíe.
Igual que en su propuesta, Clara Luz y los alcaldes deberían entender que la confianza funciona así, no hay “poquita o mucha confianza”, hay o no hay, existe o no existe y en el caso de los alcaldes se está perdiendo a pasos agigantados por su empecinamiento en un sistema que tiene un horrendo tufo a algo muy feo y muy malo y que, ya ha sido demostrado, en muchas otras ciudades ya lo han retirado.
Síganle como “Layín”, van a acabar igual.
