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12/07/2017

Contra la razón y por la fuerza

“Es más fácil hacer leyes que gobernar”
Leon Tolstoi

Al enterarme del caso no sé por qué recordé aquel viejo documental mexicano sobre el golpe de estado en Chile y es que resulta tan ilógico el proceder de la autoridad que no comprendes el fondo o motivación que la impulsa a pasar por encima de la ley.

Vaya usted a saber por qué, pero resulta que un día a Víctor Fuentes, el alcalde de San Nicolás, se le instaló en la cabeza la idea de que las casas de empeño eran malas y generalizando decretó que en todas se adquirían artículos robados.

Partiendo de la base de que su hipótesis fuese correcta y lejos de aprovechar a su favor la trampa natural que serían esos puntos para capturar ladrones, Fuentes se constituyó en rey y monarca y decretó, por sus pistolas, el cierre de esos lugares en su territorio.

Para lograr su cometido el edil y su escudero, Jesús Horacio González, argumentaron que esos negocios carecían de permiso de uso de suelo y así los clausuraron, a pesar de que algunos de ellos iniciaron operaciones antes de que el requisito fuese exigido y para ello contaban con un permiso de operación comercial.

Y a pesar de que el caso está perdido desde el inicio, Víctor se aferra y se enterca en pelear hasta la última instancia, aunque esto represente aumentar el daño al erario, sabedor de que quien tendrá que pagar las consecuencias de su tozudez será el municipio y no él. ¿Actuarían igual el alcalde y “el honesto Lacho” si la consecuencia de su empecinamiento tuviese que ser pagada con dinero de sus bolsillos?

¿Se ha reducido la incidencia de robos gracias a la medida del alcalde? No, porque de ser válida la premisa, lo único que hacen los ladrones es caminar un poco más y buscar otras casas de empeño en otro municipio, pero no son tontos y en términos reales menos del diez por ciento de los objetos robados se venden ahí y todo se malbarata en otros sitios en donde no hay registro ni rastro.

Víctor Fuentes va a perder y su secretario del Ayuntamiento quedará exhibido como alguien que no sabe de leyes, (pero que eso sí, quiere ser candidato a alcalde de donde sea, preferiblemente San Pedro), y los platos rotos -que no serán pocos- los liquidarán los nicolaítas y con todo y ello el munícipe buscará cubrirse de gloria declarando que hizo lo imposible por mantener cerrados esos lugares, pero los jueces corruptos lo obligan a abrir, cuando en realidad emprendió una batalla perdida desde el principio.

Y todo por actuar “contra la razón y por la fuerza”.

ftijerin@rtvnews.com