“Tu boca podrá mentir,
pero tu cuerpo te delata”
Yomero
Los políticos podrán mentir con su boca, con su firma o con sus acciones una y mil veces, pero nunca podrán evitar que la realidad se refleje cuando nos dejan ver su lenguaje corporal. El cuerpo y sus gestos hablan y los delatan, los desnudan de una pieza y nos dejan ver su carácter e intenciones, su yo profundo, ese que buscan esconder.
Repugnante (por decirlo de la manera más propia posible) fue el ver un video periodístico en donde un funcionario tuvo, en medio de una protesta, la osadía de plantarle el dedo índice en el pecho en tres ocasiones y con fuerza a un quejoso, ciudadano que le guste o no le paga su salario y que tiene todo el derecho de manifestarse y exigirle cuentas y resultados.
Lo más triste y grave es que el asunto sucedió frente a un superior jerárquico y en un momento en el que la gravedad de las acusaciones tornaba el ambiente tenso y delicado.
La prepotencia del “servidor público” es manifiesta, así como su nivel de “seguridad” al saberse en casa, protegido y resguardado; lo realmente grave es que su estúpida acción pudo haber generado un problema bastante mayor, porque de no ser por la prudencia del ciudadano que aguantó la gravísima ofensa, con facilidad hablaríamos de un escándalo de mayúsculas proporciones.
La “envalentonada” respuesta del funcionario deja en claro su falta de argumentos y desesperación, pretendiendo apagar el fuego con más fuego, jugando a las bravatas. Esta vez la funcionó, pero tal vez un día…
Porque hasta eso, esta clase de individuos corre con suerte, porque cuando hacen sus baladronadas se topan con personas con más criterio, educación, principios o algo que los detiene; por eso no le han partido la cara en dos y vaya que se lo ha ganado en más de una ocasión.
Es triste ver que a estas alturas existan servidores públicos que se creen y sienten superiores a los demás; se marean en un ladrillo, pero se les olvida que su estancia ahí es pasajera y que fieles a su costumbre, han pasado por un puesto sin preocuparse por construir amigos o futuro, pisoteando personas, abusando del cargo, robando a la gente.
Podrán mentir una y mil veces, pero su cuerpo los delata y la historia se encargará de que la verdad se conozca, tarde o temprano.