“En una exacta / foto del diario / señor ministro / del imposible, /
vi en pleno gozo / y en plena euforia / y en plena risa su rostro simple; /
seré curioso / señor ministro / de qué se ríe/ de qué se ríe?
Mario Benedetti
Como si hubiera arrasado en los comicios del domingo, Manlio Fabio Beltrones, el líder nacional del PRI, llega a sus oficinas del CEN tricolor y al ver a los reporteros y fotógrafos muestra su amplia sonrisa.
El saco sport negro no tapa la camisa que porta sin fajar por fuera del pantalón; calza también unas zapatillas informales.
En un comunicado hace saber que “existen elementos cualitativos y cuantitativos que legalmente permitirían impugnar entre 5 y 6 elecciones al cargo de Gobernador”, es decir todas las perdidas.
No es el de Manlio el rostro de alguien preocupado o compungido por la derrota, al contrario, parece que el haber perdido como perdió, le tiene sin el menor cuidado.
Y es que le guste o no, él es el timonel del barco y quien carga con la derrota para todo efecto práctico, es él quien entrega malos resultados a la militancia de su partido, es él y nadie más quien cargará la culpa de esta estrepitosa derrota.
¿Qué el panorama era difícil y complicado? ¡No hay duda! Pero eso lo sabía el sonorense desde hace mucho tiempo y debió anticiparse a los hechos, debió preparar como general en jefe estrategias para cada una de sus batallas, debió hacer muchas cosas que evidentemente no hizo y aquí están las consecuencias.
Por eso no alcanzo a entender cuando veo la foto en el diario, ¿de qué se ríe señor presidente, de qué se ríe?