“No es igual lícito que lisito”
Yomero
Puede que legalmente Benito Nacif, el consejero del INE que se inconformó con la reducción de salario que acordaron en el pleno como parte de las medidas de austeridad para este año, tenga razón y la determinación vulnere sus derechos, pero en la realidad si pensamos en la ética y sobre todo en la congruencia, la postura del consejero es una absoluta desfachatez.
Y es que el muchachito se embolsa, ya con la reducción, unos nada despreciables 160 mil pesos mensuales de salario en esas difíciles discusiones que se dan dentro del Instituto Electoral, pero él jura y perjura que el diez por ciento que le tumbaron a su humilde raya le hacen falta.
Se me ocurre muchos adjetivos para describir a Nacif, entre otros prángana, gusano, rémora, incongruente, malagradecido, desfachatado, descarado y cínico, por citar sólo algunos, así como una larguísima lista de insultos que, debo ser decente, no escribiré aquí pero que cualquier mexicano puede imaginar.
Incrustado toda la vida en el presupuesto, Nacif cree que no le merece el suelo que él pisa y que nos hace un favor a los mexicanos al trabajar para nosotros.
Su actitud, petulante y legaloide, merece un escarmiento ejemplar, una exhibición pública de quién es, cuánto y qué hace, cómo desquita el salario y hacerlo jalar hasta que reviente y luego, ya después, correrlo sin un centavo por agraviar de esa manera al pueblo de México.
Claro, eso no sucederá, porque como en casi todos los casos si las autoridades del INE se avientan el tiro terminarán perdiendo en los juzgados y entonces habría que darle mucho más dinero a “la víctima”, pero aún así, por mucho que gane pesos y centavos, de una cosa estoy seguro: el pueblo de México no olvidará tan fácilmente a un miserable como él y menos con ese nombre.
