“Si el tiempo es lo más caro, la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches”
Benjamin Franklin
Por mas que intento no logro comprender los tiempos electorales en México y siempre me han parecido un despropósito.
¿Tiene acaso alguna utilidad práctica el periodo de intercampañas? Diese la impresión de que está aquí sólo como una trampa para ver qué candidato o equipo de campaña comete el error.
Todos se empeñan en hacer más cortas las campañas, pero al mismo tiempo en alejar los procesos internos y de búsqueda de firmas de independientes. No comprendo.
¿De qué sirven las “campañas internas” cuando se tiene un solo candidato? Ah, pero de todas maneras derrochamos un montón de dinero en spots de TV diciendo que se trata de publicidad dirigida a la militancia y simpatizantes, cuando todos sabemos que no es así.
¿Para qué hacer las elecciones en julio cuando los triunfadores toman posesión muchos meses después? El lapso crea un enorme vacío de poder, además de significarnos miles de millones de pesos en equipo de “transición”, cuando todo ello debería estar listo para el siguiente día tras conocerse al triunfador y poder entregarle en medios digitales un reporte con el estado que guardan las cosas.
Hace algunos años trabajando en la primera campaña del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el estratega principal comentaba en una reunión con el equipo de trabajo que le gustaba invitarme a participar en campañas porque “en México todo el tiempo hay elecciones”.
Este despropósito de tiempos, de procesos en abonos y de largas esperas sólo beneficia a las instituciones electorales dándoles un pretexto para justificar su existencia
