“Perder el dinero es a menudo un delito;
adquirirlo por malas artes es aún peor,
y malgastarlo es lo peor de todo”
John Ruskin
Será necesario empezar por enseñarles la enorme diferencia entre gasto e inversión. Es menester que comprendan que aunque ahí lo tienen, no deben dilapidar los recursos económicos y menos en tonterías, así las pretendan justificar de “cumplir con su deber”.
La OPLE en Nuevo León, a la que llaman Comisión Estatal Electoral, inicia hoy una campaña publicitaria que terminará siendo merecedora de un “Gorgonio de Oro” (Gorgonio era el cácaro de un cine ambulante que se instalaba en el Ejido “La Mota”, municipio de Múzquiz, en Coahuila y a quien en homenaje hemos bautizado los premios a la peor publicidad política).
Mario Alberto Garza Castillo, el encargado de ese changar26ro (me niego a llamarle presidente), anunció que a través de carteleras y anuncios de radio y TV, que los nuevoleoneses pagaremos por supuesto, iniciarán la campaña “Yo hago que mi voto gobierne”.
¿Para qué echar a andar una campaña para incentivar el voto cuatro meses antes de la elección y cuando, además, terminará siendo opacada por la promoción de los candidatos y partidos? ¡Eso es tirar el dinero a la basura!
Pero además, imagine la calidad y profundidad de una campaña que llevará como tema unas frases tan pegajosas como “”Yo hago que mi voto dirija”, “Yo hago que mi voto decida”, y “Yo hago que mi voto administre”. Nada más le faltó algo así como “Yo hago que mi voto lave, cocine o planche”.
¿Qué pretende en realidad Garza Castillo? ¿Cuál es el target de mercado de esta locura? ¿Dónde están los resultados de los focus groups para determinar el contenido de su campaña? ¿Qué presupuesto asignará a esta aberración?
Es la misma institución que pidió más presupuesto y que dijo que no completarían con el presupuesto que les asignaron; es la misma que en la elección anterior se aprobó sobresueldos para los comisionados y funcionarios por “tiempo extra”, es la misma que proceso tras proceso tiene peores resultados.
No será con una muy mala campaña publicitaria como incentiven la participación ciudadana, pero está visto que no entienden y, lo que es peor, no quieren entender.
Es una pena que siendo Nuevo León punta de lanza en tantas cosas y ejemplo a nivel nacional e internacional, tenga estas autoridades electorales que desperdician el presupuesto a su cargo en nimiedades y tonterías.
