“Es imposible educar niños al por mayor; la escuela
no puede ser el sustitutivo de la educación individual”
Alexis Carrel
No quepo en mi asombro cuando me entero que dos alumnos del Colegio Cambridge de Monterrey obtuvieron una suspensión provisional de amparo para frenar por ahora la revisión de sus mochilas en el plantel, con el argumento de que vulnera su dignidad.
¿Saber qué cargan en su mochila para ir a la escuela vulnera su dignidad?
Pero los amparos no aparecieron solos ni los pagaron los chamaquitos, fueron sus obtusos padres los que promovieron el recurso, ¿es en serio que vivimos junto a seres humanos con tan poco criterio?
El asunto ya no es una posibilidad lejana, es una realidad que ya nos sucedió, el reforzar las medidas de seguridad puede evitar tragedias, ¿qué esconden esos niños y sus papás en esas mochilas que no quieren que sean revisadas?
Más allá del tema propiamente dicho, está el ejemplo que los padres ponen a sus prepotentes e influyentes hijos que se sienten “vulnerados” y que se cobijan en el recurso de amparo para negarse a colaborar con su comunidad.
Cuando se dieron los lamentables hechos del Colegio Americano del Noreste dije que más que el doloroso suceso, el miedo radicaba en el fenómeno de la imitación, como ha ocurrido en muchos lugares de los Estados Unidos y cuyo recuento de muerte suma decenas y decenas.
Más que las autoridades educativas, deberían ser los padres de familia del resto de los alumnos del Colegio Cambridge los que deberían ponerse a temblar y más allá aún, poner manos a la obra para encaminar medidas tendientes a proteger la integridad física de sus hijos.
Es por padres como los de esos dos lepes, sobreprotectores y en estado de negación de ver, saber y conocer lo que hacen sus niñitos, que suceden las cosas.
¡Qué pena y qué tristeza por nuestra ciudad y nuestros valores! Nada de lo que se intenten decir justifica el negarse a colaborar para tener una mejor sociedad y, lo más importante, el impedir una muerte más.