“No hay secreto mejor guardado que aquel que todos conocen”
George Bernard Shaw
Hoy, después de una larguísima espera y un arduo esfuerzo de análisis, por fin pude desentrañar el secreto del nuevo sistema de asignación de turnos de Banorte.
El complejo software que asigna los turnos para acudir a ventanillas y escritorios en las sucursales que ha permitido multiplicar por cuatro el número de clientes al interior del banco y hasta por ocho el tiempo de espera de los usuarios, está basado en un proceso industrial netamente regiomontano.
La “lógica” del software de turnos de Banorte se basa en el mundialmente conocido sistema de salsas de todo buen elotero en Monterrey, en donde dividen el “picor” en tres niveles: “la salsa que pica mucho, la que pica poquito y la que pica más o menos”.
Así en Banorte en donde existen niveles de clientes: los preferentes, los un poquito menos preferentes y los simples clientes, además del “peladiaje”, es decir los que no tienen cuenta en Banorte.
Como todo buen sistema “made in Mexico”, el sistema tiene una forma de violarlo y aún así pasar antes que cualquiera y es que un ejecutivo de escritorio te asigne un turno directamente. La otra manera de “engañarlo” es ser amigo de un cajero al que te le acercas directamente, él te empieza a atender y “voilá”, como por arte de magia tu número aparece en la pantalla asignado precisa y justamente a esa caja en la que te encuentras.
Más allá del chiste (que se cuenta solo), lo cierto es que acudir a Banorte se ha tornado en un martirio que provoca un altísimo nivel de irritación en los clientes que llegan a las cajas enfadados y hacen que después los cajeros te atiendan como si “te hicieran el favor”, olvidándose de que somos nosotros los clientes.
Por si fuera poco, el hacinamiento que se consigue pone a todos en un altísimo riesgo, porque de darse un asalto con esa cantidad de personas en un espacio tan pequeño, puede suceder una grave tragedia.
La tecnología que estaba al servicio del hombre se volvió en su contra y todo por emular el sistema de las salsas que “pican mucho, pican poquito y pican más o menos”.