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11/10/2016

¿En serio?

“Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano”
Goethe

Quisiera, pero no alcanzo a encontrar un calificativo idóneo para la declaración que ayer dio el presidente del Congreso local, Andrés Cantú Ramírez, sobre el tema de los nueve votos “fantasma” que se dieron en el pleno la semana anterior.

Decir que no habrá sanción para nadie porque resulta que no “existe” un video que muestre quién o quiénes pulsaron los botones de votación al momento de los sufragios, resulta una aberración. O sea, que si alguien decidiese asesinar a un diputado al momento de una votación o si alguna diputada se le antojase violar a un compañero en ese instante, no quedaría testimonio gráfico porque, a decir de Cantú, las cámara están orientadas a la mesa directiva y los ocupantes de esa área tienen la mirada puesta en otro lugar.

¿Es en serio?

Andrés Cantú cree que los ciudadanos somos estúpidos.

Por principio de cuentas, ¿en dónde diantres estaban esos nueve diputados que votaron sin votar? ¿No se supone que les pagamos por trabajar? ¿Ya se ordenó que les descuenten su salario de ese día?

Habría que explicarle al inexperto legislador que para nuestra desgracia es el Presidente del Poder Legislativo, que con menos de tres mil pesos se puede mandar comprar una videocámara de vigilancia fija que puede apuntar hacia las curules de los diputados y una grabadora para el efecto.

La torpe y burda explicación de que el sistema electrónico de votación es anticuado a los nuevoleoneses no nos resuelve absolutamente nada. Como tampoco lo resuelve su anacrónica idea de legitimar el voto mediante la huella digital, ya que hay una y mil formas de saltarse ese paso (¿es que el diputado Cantú no ve películas o sabe del tema?).

En el Congreso hay muchos ahorros, sí, pero ahorros mal entendidos, que llegan a alcanzar un montón de millones de pesos, aunque lo más grave es que existe una falta de visión y alcance absolutas, por eso es que lo único que llegan a pensar es que requieren de nuevos carros, como si los automóviles fuesen a legislar. Es cierto, el sistema no pensará solo, pero por lo menos nos dará la tranquilidad de reflejar en pantalla el sentido del voto de cada diputado, que ya es ganancia.

La que ayer sin querer describió Andrés Cantú es la triste realidad del Poder Legislativo de Nuevo León, un Congreso anacrónico, viejo, oxidado y que, lo que es mucho peor, tiene a unas personas con una inteligencia y criterio mucho más anquilosado y desvencijado que las escasas herramientas que poseen.

¡Qué tristeza por nosotros los nuevoleoneses que pagamos su incapacidad!

¿Cuándo llegará la modernidad al Congreso? No es un asunto de lujos, sino de emplear herramientas modernas que faciliten su trabajo y nos brinden certidumbre a los ciudadanos. ¿Es que no lo pueden entender?

ftijerin@rtvnews.com