“La política es un acto de equilibrio entre la gente
que quiere entrar y aquellos que no quieren salir”
Jacques Benigne Bossuet
Ahora sí no se midieron los integrantes de la Comisión Estatal Electoral encabezados por Mario Alberto Garza con su propuesta de obligar a los partidos políticos a postular a mujeres en la mitad de los municipios del estado.
Voy de acuerdo en la paridad de género en órganos colegiados como el Congreso o los cabildos, pero lo de las alcaldías me parece un exceso y una medida populachera -porque ni a populista llega-, digna de personas sin mucho criterio.
Comprendo y acepto que durante largos años los hombres abusaron del poder y lo mantuvieron como un coto cerrado para su género, que les daban mendrugos de pan a las mujeres porque consideraban que no estaban capacitadas para ejercer los cargos públicos, pero es que esta es una “ideota”.
Suponiendo que se apruebe la ridícula propuesta, ¿quién y cómo garantizará que la mitad de los resultados electorales beneficien por igual a mujeres y hombres? ¿Es que acaso van a definir desde antes a qué municipios les corresponde que los maneje hombre o mujer?
Todo exceso es perjudicial y los consejeros, con Mario Garza por delante, se están extralimitando, porque a final de cuentas a los ciudadanos nos vale un comino si quien se sienta en la silla del alcalde o del gobernador es hombre o mujer, lo que buscamos es que sean personas preparadas, capaces y sobre todo honestas, comprometidas con sus comunidades y que den resultados y eso, perdón señores consejeros, no es un valor inherente al sexo de las personas.
Habiendo tantas y tantas cosas por arreglar, la brillante idea de la Comisión Electoral resulta una tomadura de pelo, una mala broma, un chiste mal contado. Y pesar que les pagamos mes tras mes para que salgan con eso.
