“Nada está perdido si se tiene el valor de proclamar
que todo está perdido y hay que empezar de nuevo”
Julio Cortázar
Y me cuestiono, ¿en qué momento nos extraviamos?
La Cruz Verde tenía como función el recoger los cuerpos de los fallecidos, esa era su chamba, dar alguna atención de emergencia y dictaminar borrachitos, pero de pronto todo cambió.
De repente ahí estaban peleando codo con codo a sus similares de la Cruz Roja los heridos en accidentes. No fueron pocas las ocasiones en que literalmente se los arrebataban y que los de ambos bandos terminaban liándose a trompadas. Hubo un momento en que la Roja no se daba abasto y tal vez por eso empezó la historia, pero aquello acabó mal.
Ahora sobreviven dando tumbos, con absoluta oscuridad, sin transparentar los gastos de un patronato eterno, sin rendir cuentas y, lo que es mucho peor, sin pagarles a sus empleados.
Siendo los regios tan dados a imitar las cosas de los Estados Unidos, ¿por qué diantres no hemos optado por contar con un servicio de atención de emergencias profesional y dotado de recursos técnicos, humanos y económicos?
Ya tenemos un 911 a nivel nacional, pero aquí lo atienden 20 instancias y así no se puede, porque no hay presupuesto que aguante para soportar tanta estructura.
Si ya la función de levantar cadáveres la tiene el Semefo, ¿para qué queremos que exista la Cruz Verde?
¿Para qué tenemos Protección Civil en el Estado y en los Municipios? ¿Para qué gastar en personal, vehículos y equipos repetidamente en lugar de centralizar las cosas y tener mejores herramientas y miembros más capacitados?
Nuestros sufridos bomberos, los que más hacen y deberían tener la rectoría de muchas cosas, son los que menos tienen.
Ojalá que así como algún día los grandes capitanes de empresa le metieron mano a la seguridad y pusieron orden, un día se preocuparan por arreglar este sarao de los cuerpos de auxilio y disolviesen tanto patronato que no sirve más que para gastar dinero en socialitos, camisitas bordadas y que los directivos salgan en la foto. Un patronato único, en donde todos tomen parte, pero que le rinda cuentas a la sociedad de su quehacer y en qué gasta cada centavo.
Nos extraviamos y no supimos cuando poner freno.
Todavía estamos a tiempo de corregir.
