“Que no es lo mismo, pero es igual”
Vicente Fernández
Han pasado nueve meses desde que Jaime Rodríguez Calderón asumió el cargo de gobernador, once desde que los diputados locales rindieron protesta y ocho desde que los alcaldes hicieron lo propio y a pesar del tiempo transcurrido todo sigue exactamente igual.
Las discusiones en la agenda política no han salido del mismo tema: un gobernador con la mirada puesta en el pasado, unos partidos centrados en cobrarle revancha al independiente por la afrenta de haberles quitado el poder y unos alcaldes administrando la pobreza, capoteando el temporal de la inseguridad y sin poder arrancar.
Hemos perdido como sociedad todo este tiempo, un tiempo irrecuperable, un tiempo que no se puede comprar y lo peor es que ciegos y sordos, seguimos la puesta en escena de una manera callada.
La agenda del gobierno se centra fundamentalmente en la persecución a exfuncionarios de la anterior administración y a anunciar planes, proyectos y programas; la otra vertiente es llamar a los diputados y partidos a trabajar conjuntamente, pero a cada llamado corresponde un golpe, una acusación, un buscapiés y si por un lado Rodríguez Calderón les extiende la mano, con la otra les suelta un coscorrón. ¡Así no se puede!
Vetos, trampas, filtraciones, chismes, en fin grilla barata que es muy entretenida, sí, pero nada constructiva.
El gobernador ayer les hizo un llamado a los alcaldes a no politizar su trabajo, a sacar la chamba y hacerlo con honestidad y entrega, lo cual suena muy bien; sin embargo en un discurso también soltó frases que no requieren mucha explicación para entender su verdadero fondo: “Hagamos que Nuevo León sea ejemplo a nivel nacional, que sea un espejo para todo el país”, dijo palabras más, palabras menos y si eso no es politizar las cosas con una clarísima intención puesta en otro lugar, yo ya no entiendo nada.
En esto pierden ellos, pero principalmente perdemos nosotros, porque están enfrascados en una agenda sin fondo y porque pierden irremediablemente el tiempo.
Todos los días hacen lo mismo, pero de distinta manera para que parezca que hacen mucho, pero sin hacer nada.