“La incompetencia es tanto más dañina cuanto mayor sea el poder del incompetente”
Francisco Ayala
Resulta increíble la incompetencia del Poder Legislativo de Nuevo León en materia de comunicación; pierden de todas, todas.
Y es que algo grave debe suceder cuando a Marco González, el líder de la bancada del PRI y responsable de la administración del Congreso se le complica la adquisición de 22 autos para renovar la flota que está sumamente deteriorada.
Mucho más grave el hecho de que para la compra se utilicen recursos obtenidos de ahorros del propio Congreso y que ni aún así sean capaces de difundirlo para que el hecho sea visto como un acierto y no como un dispendio.
Por principio de cuentas el error no está en la comunicación o en los comunicadores que han desfilado como encargados del área, el error está en Marco y los propios diputados que no han querido darle a la comunicación el lugar que merece.
¿Cómo es posible que un solo hombre, así sea el gobernador del Estado, pueda tener a raya -a nivel comunicacional- a todos los integrantes del Poder Legislativo y sus partidos políticos? ¿Cómo es posible que los independientes y la chiquillería coloquen más temas, impongan agenda y tengan mejores publicaciones que los grandotes? ¡Es evidente que algo no funciona!
Pero el problema, insisto, no es de los encargados de comunicación, el problema es de Marco González que no sabe seleccionar a las personas idóneas para ocupar el cargo, por eso todo lo que hagan o dejen de hacer se convierte en una noticia en su contra, en un flanco para recibir ataques; pero cuando vienen los problemas es más sencillo “matar al mensajero”, correr al encargado y traer a otro, así el nuevo sea mil veces peor que el anterior.
A Marco le hace falta enfoque y rodearse de gente que le entienda al negocio y la mengambrea, porque ni pagando convenios publicitarios han sido capaces de detener las andanadas de críticas en su contra. ¿Y si pagando les pegan, qué sucederá cuando no paguen?
Olvida Marco que en dos años tendrá que someterse al escrutinio de la reelección o de buscar otro cargo y que la única ventaja que hoy por hoy tiene es su exposición mediática; la pregunta es sencilla: ¿si hoy fuesen las elecciones, volverían a votar por ellos? ¡Claro que no!
Pero no es culpa de un gobernador entercado o de los “comelonches” de enfrente, es culpa de la absoluta y evidente incapacidad del propio Marco para manejar la comunicación del Legislativo. Tienen que entender que el cargo no es para asignar contratos de publicidad (que no funcionan), agendar entrevistas y organizar rueditas de prensa, la comunicación es algo mucho más complejo.
Ya le entrará la prisa en un año, mientras tanto, que siga jugando a las sillitas, corriendo a unos y poniendo a otros, igual de incapaces como su paupérrima visión de la comunicación y sus alcances.