“Una vez terminado el juego el rey y el peón vuelven a la misma caja”
Proverbio italiano
El principal problema de los partidos políticos en México es la desconfianza y la crisis de credibilidad que desde hace años padecen, porque no les creen ni el bendito.
¿Cómo explicar que un día la bancada completa del PRI en el Congreso de Nuevo León vota en un sentido la Ley Electoral y en menos de 24 horas anuncia, a través de su dirigencia estatal y varias de sus diputadas que ayer dijeron que sí, que fíjate que siempre no y que interpondrán un recurso de inconstitucionalidad para exigir la paridad horizontal.
¿Es juego, vacilada, ganas de destantear al enemigo o de qué se trata?
Porque si la intención es congraciarse con las mujeres que pugnaban por esta especie, más que quedar bien terminaron haciendo el ridículo, por camaleónicos y acomodaticios.
¿Cómo de que van a promover qué?
¿Es que César Cavazos, el dirigente estatal, piensa que esto es un juego?
Lo más chistoso del asunto es que cuando les preguntaron del por qué del radical cambio Cavazos muy orondo, como diría María Julia, respondió que el partido no da línea y los diputados tienen libertad de definir su voto. ¡Estupendo chiste que nadie se traga!
La postura los define y los encuera, porque deja ver el poco sustento que tienen al momento de fijar una postura en el pleno, además de una absoluta falta de congruencia.
Los ciudadanos no les pagamos su salario para que estén jugando o cambiando de opinión tan fácilmente, ¿cree usted que les llegó un rayo misterioso desde el cielo y les hizo reflexionar para cambiar de opinión? El asunto trae “truco”, porque no la brincan sin huarache y perdón si suena ofensivo, pero ninguna de las legisladoras presentes se destaca por sus aportaciones a la vida legislativa, es decir, siempre han actuado conforme a la línea que les dictan, ¿por qué ahora habrían de cambiar?
Los priistas siguen cavando su tumba, porque al margen del resultado, lo menos que uno pudiese esperar es que lo hubieran hecho a conciencia siendo un tema tan trascendental, pero resulta que no, que no lo habían pensado bien y esta falta de seriedad sólo refuerza la fragilidad que pueden tener sus conceptos, sobre todo cuando les “convencen” de alguna manera.
¿Quién ordenó el cambio de rumbo?
