“En política no hay casualidades, sólo causalidades”
Yomero
De la misma manera en la que el PRI ha soñado por años arrebatarle al PAN los municipios de San Pedro y San Nicolás, uno de los máximos retos de Acción Nacional en Nuevo León ha sido quitarle al tricolor el municipio de Apodaca, lugar en donde han concentrado por años buena parte del voto urbano que les permite mantener su poder.
Diversas circunstancias han influido para que el PAN no consiga su propósito, falta de penetración, malos candidatos, un trabajo de tierra importante del PRI, pero hoy todo ha cambiado y como nunca antes existe la firme posibilidad de que el sueño albiazul se haga realidad.
Existen dos elementos fundamentales que pueden hacer que la alternancia política por fin se dé en Apodaca: por una parte un desencanto generalizado hacia el PRI por la calidad de la actual administración municipal; Óscar Cantú, que por años la deseó, la peleó y la buscó, por fin llegó a la alcaldía, pero sólo para demostrar que a pesar de la infinidad de puestos que recorrió en el ámbito municipal y todas sus promesas, el “Principio de Peter” es válido y certero. Hoy los apodaquenses ya no quieren al PRI.
Por otra parte, el trabajo sostenido que desde hace meses viene realizando la diputada Marlene Benvenutti empieza a rendir frutos a nivel de conocimiento de su persona e identificación partidaria en los sondeos sobre los próximos comicios.
Preocupada por los niños, jóvenes, mujeres y personas de la tercera edad, además de los más necesitados, Marlene ha echado por tierra aquella idea de que era una “cara bonita” y recorriendo palmo a palmo el territorio de su distrito se ha ido ganando la confianza y simpatía de los electores.
Así, la suma de dos más dos no puede fallar y, si el PAN la hace su candidata, tiene altísimas posibilidades de convertirse en la primera alcaldesa panista de Apodaca, un municipio que durante años fue visto como “el patito feo” al que enviaban al que quisiera jugársela a sabiendas que tenía todo para perder, pero en esta ocasión las cosas han cambiado y hoy hay todo para ganar.
Veremos qué sucede, porque una cosa es cierta: Apodaca ya merece que le pongan atención.
