“Nadie sabe de lo que es capaz hasta que lo intenta”
Publio Siro
No comparto el punto de vista de quienes afirman que para criticar una disciplina o para realizar tareas ejecutivas de la misma se requiere haber sido ejecutante; sí, lo acepto, ayuda muchísimo.
He tenido con Lorenia Canavati a lo largo del tiempo una relación ríspida por distintas circunstancias, fundamentalmente por un primer paso fallido. Hoy vuelvo a escribir sobre ella a raíz de su designación como encargada del Festival Santa Lucía.
Inquieta, perseverante y persistente luchadora de causas sociales, Lorenia tiene una innegable historia, pero estoy cierto cuando digo que no conozco antecedente alguno en materia de disciplinas artísticas y mucho menos en un área que es harto complicada como lo es la organización y promoción de las mismas.
Reitero, no se requiere haber sido bailarín, músico, poeta o pintor, para encargarte de un evento cultural y artístico; Lorenzo, Nina o Liliana no lo fueron, pero a ellos se les cuece aparte porque sus condiciones eran distintas; su simple nombre hacía que hasta los hombres del poder les tomasen la llamada.
Recibe Lorenia, la que hace medio año dejaba el Gobierno argumentando que buscaría la candidatura para la alcaldía de San Pedro en una versión recargada, una encomienda nada sencilla. El listón que Liliana Melo de Sada le ha dejado no está bajito, por el contrario, el Festival se ha convertido en un referente y todo cuanto haga deberá ser “de ahí para arriba”.
Me puedo cuestionar el por qué designar a Lorenia, puedo preguntar por su falta de antecedentes artísticos o la circunstancia política de su nombramiento, pero no lo haré, porque debo darle el beneficio de la duda, porque debo creer que como en todo cuanto hace pondrá el mejor de sus empeños, porque estoy seguro que hará un papel digno y si aceptó la encomienda es porque de verdad le interesa.
Lorenia: en esta nueva etapa y circunstancia te ofrezco, si te resulta de interés, mi incondicional apoyo y ayuda, mi ánimo de colaborar y apoyar tus tareas, mi deseo de que tengas éxito en esta labor nada sencilla en la que la vida me ha permitido tener alguna experiencia. Parafraseando a Benedetti, ni mucho ni poco, simplemente contar conmigo.
Te deseo, lo digo con verdad, la mejor de las suertes.
