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06/01/2017

Mensajes

“En general, quienes no tienen nada que decir
invierten el mayor tiempo posible en no decir nada”
James Russell Lowell

Los incrementos en los precios de las gasolinas, además de otros productos, servicios e impuestos, nos han dejado ver un extenso muestrario de la incapacidad para comunicar de nuestros gobernantes.

Y es que “de a tiro por viaje”, una y otra vez los mensajes en todos los niveles de gobierno han sido erróneos; unos por exceso de confianza, otros por falta de preparación y los más por un apático desdén a la importancia de saber colocar mensajes que brinden confianza, certidumbre y seguridad a la población.

En principio el exceso de confianza del Presidente Peña Nieto al improvisar tras la toma de protesta al Canciller Videgaray en el tema del gasolinazo. Bien decía mi vecino Chava Portillo ayer, por muchas tablas que se tengan, hay momentos en que el mensaje es clave y no hay espacio para andársela jugando, porque al mejor cocinero se le va un tomate entero y eso fue lo que le pasó al Presidente.

Luego, el propio Luis Videgaray que en su primer pronunciamiento como Secretario de Relaciones Exteriores y en el momento más inoportuno, decide tener un gesto de honestidad y dice que llega a la dependencia “a aprender”.

Un día después, con las protestas a lo largo y ancho del país, el titular de la SCT amenaza a los transportistas con revocar los permisos a quienes participen en bloqueos de carreteras federales, exacerbando aún más los ánimos.

A nivel local y tras las protestas y ataques al Palacio de Gobierno, envían al vocero de seguridad Aldo Fasci a ofrecer una rueda de prensa en la que, también él, en un exceso de soberbia se pone a improvisar sin un mensaje claro y contundente, reiterándose, repitiéndose, sin capacidad para diseñar una estructura que le brinde solidez a su mensaje y así, inevitablemente, se extravía, terminando por decir nada.

Para cerrar con broche de oro, el gobernador Jaime Rodríguez Calderón le pone su cereza al pastel al culpar a los organizadores de las protestas del vandalismo causado por reventadores e infiltrados en las marchas, mientras que por debajo de la mesa los boots arremeten en medios y redes sociales contra los medios de comunicación culpándolos del caos y el desorden.

No es de ninguna manera sencillo comunicar un incremento en los precios de la gasolina,  la luz y el gas, como tampoco es fácil el aceptar un error de cálculo e incumplir la promesa de reducir la tenencia, pero por lo mismo unos y otros deberían haber arrastrado el lápiz para diseñar y preparar mensajes claros, concisos y precisos, contundentes, que no dejaran espacio a la duda o a otras interpretaciones.

Más allá de la falta de capacidad para comunicar, lo que al final nos queda es una actitud soberbia de desprecio por la comunicación como herramienta fundamental para un buen gobierno.

ftijerin@rtvnews.com