“El teatro no puede desaparecer porque es el único
arte donde la humanidad se enfrenta a sí misma”
Arthur Miller
En una ciudad en la que somos herederos de una rica tradición del arte teatral, da gusto ver nuevas opciones con interesantes propuestas, una de ellas es el microteatro.
Obras de no más de 15 minutos, montadas en un espacio de no más de 15 metros y a las que pueden asistir un máximo de 15 espectadores, resultan un viento refrescante que permite montajes al estilo de los cortometrajes, pero con un teatro muy íntimo y cercano.
Estuve el fin de semana anterior en el Microteatro Monterrey, un espacio ubicado en la calle de Padre Mier casi con Serafín Peña, frente a la Plaza de la La Purísima, en el que se presentan simultáneamente seis obras de teatro relacionadas con una misma temática y la experiencia fue sensacional.
Puedes acudir a ver sólo una obra y bien optar por un combo en el que por un precio menor puedes ver varias puestas en escena.
Acudí a presenciar la obra “A cada santo, sus 15 minutos de llanto”, de Luis Alanís, que cuenta con las soberbias actuaciones de José Corrales y Ricardo Leal y la verdad, quedé inmensamente satisfecho con la experiencia.
Vale la pena probar nuevas opciones y esta, la del microteatro, una opción que tuvo su origen en Madrid y que ahora se ubica en las principales ciudades del mundo, es una excelente opción.
Si va y aprecia que aparece mi nombre como director, le aclaro que no soy yo, es la ópera prima de mi hijo en la dirección teatral. Lo fácil sería caer en el elogio y la sobreprotección, pero mejor dejo que sea usted quien tome su propia decisión sobre la obra.
“A cada santo…” estará en cartelera hasta el 19 de junio, los viernes sábados y domingos.